EL PAÍS, martes 5 de octubre de 1982
El 28 de octubre, elecciones legislativas
La campaña costará 140 millones de pesetas, según José Antonio Segurado
La patronal madrileña convocará un mitin empresarial al que asistirán Fraga y Lavilla
La Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM) presentó ayer los rasgos más
significativos de la campaña institucional que la patronal desarrollará a lo largo de todo el proceso
electoral, con el objeto de estimular el voto y dirigirlo hacia las formaciones que defienden el modelo
empresarial de economía de mercado, y que se concretan en Alianza Popular (AP) y Unión de Centro
Democrático (UCD). La campaña costará 140 millones de pesetas y terminará con un acto empresarial
masivo, al que asistirán Manuel Fraga Iribarne y Landelino Lavilla.
José Antonio Segurado, presidente de CEIM, declaró que la campaña institucional de la patronal se
sustentará en tres ejes: la defensa de la libertad a ultranza, con especial atención a las libertades
económicas; la objetivización de los datos que se utilicen en ella, evitando caer en descalificaciones
personales, y la lucha contra la abstención política.
La campaña de CEIM ha sido planificada técnicamente por las empresas Scope y Task, esta última
responsable de las campañas empresariales en los comicios electorales autonómicos de Galicia y
Andalucía. Sin embargo, el conocimiento de los primeros anuncios publicitarios en la Prensa madrileña
permite adelantar que la campaña en la capital española no tendrá la virulencia de anteriores
intervenciones empresariales, y mucho menos de la de las autonómicas de Andalucía.
La técnica utilizada es bastante semejante al marketing político vigente en diversos países europeos:
anuncios publicitarios (cuatro modelos, de los cuales ya han sido manejados dos; el segundo aparecía ayer
y contenía exclusivamente el texto: "¿Dónde van a trabajar? Confiamos en la libertad", con el logotipo de
CEIM y una gaviota, que, según Segurado, es imagen de libertad); ficheros de 100.000 empresarios, a los
cuales se les enviarán unos boletines informativos y cartas del presidente de la patronal sobre diversos
aspectos de los programas económicos de los partidos. En el primero de estos boletines se incluye una
fotografía y una información sobre la manifestación de pequeños y medianos empresarios en Francia
contra la política económica de Mitterrand. En estos envíos se incluyen también pegatinas y carteles
electorales para que sean expuestos en las empresas madrileñas.
Por otra parte, CEIM tiene previsto realizar alrededor de setenta actos empresariales, el primero de los
cuales se celebró ayer con la referencia de la actuación municipal de los Ayuntamientos de la provincia.
Segurado destacó otros dos futuros actos por su significación: uno con la propuesta empresarial de un
plan económico para Madrid, y el que cerrará la campaña y al que está previsto que comparezcan los
líderes de los partidos políticos que defienden el modelo empresarial de sociedad: Fraga Iribarne, por
Alianza Popular, y Landelino Lavilla, por UCD. Segurado ignoró en casi todos los momentos la
existencia del Centro Democrático Social, que preside Adolfo Suárez.
Financiación militante
Según el presidente de la patronal madrileña, la campaña costará alrededor de 140 millones de pesetas, de
los cuales se han recaudado hasta ahora 120 millones, existiendo un déficit de veinte millones, que se
espera cubrir en las tres próximas semanas. Esta financiación correrá a cargo de los llamados fondos de
acción especial, previstos por los dirigentes empresariales hace unos meses. Estos millones han sido
financiados en su gran mayoría por empresarios individuales, siguiendo el ejemplo de Fomento del
Trabajo Nacional, la patronal catalana, en las elecciones a la Generalitat. También hay aportaciones de
algunas organizaciones sectoriales, aunque entre ellas "no figura, por ejemplo, la Asociación Española de
Banca Privada (AEB)". CEIM no descarta acudir, en caso de que fuese necesario, a la emisión de bonos.
Respecto a los programas económicos de los partidos, Segurado recorrió los puntos más importantes de
casi todos ellos (excluyó el del PCE y el del CDS) e incluso criticó algunos puntos de los de UCD y AP,
aunque las mayores críticas recayeron en el programa socialista, del que se dijo "que era irrealizable y
utópico en el aspecto de crear 800.000 puestos de trabajo en la legislatura".
Segurado insistió en dos o tres ocasiones en las rectificaciones que ha tenido que hacer Mitterrand en sus
intenciones primeras de gobernar.