El final de las elecciones gallegas coincide con la precampaña de las generales
Ayer aparecieron los primeros carteles con la llamada «Fraga 86»
Madrid. José A. Sentís
El último tramo de las elecciones gallegas se ha solapado con el comienzo de la precampaña para las
próximas elecciones generales, con la aparición de carteles y pancartas en varias ciudades con el lema
«Fraga 86». El presidente de AP parece decidido a realizar una amplia precampaña, tal y como durante
varios meses hizo en Galicia, ante un calendario electoral que se precipita. Los resultados en la
Comunidad gallega parecen haber dejado la situación política en posición de «tablas», aunque algunas
extrapolaciones priman al proyecto reformista. El resultado de Coalición Popular permite que mantenga
sus expectativas, mientras que el PSOE concibe que el panorama político que le beneficia se encuentra
estabilizado.
En una operación previamente calculada, los partidarios de Coalición Popular han aguardado apenas a la
votación en Galicia para esparcir su mensaje para las elecciones generales. Se desvela así una más que
probablemente tensa precampaña (que puede culminar hacia el mes de junio del próximo año)
personalizada en e! jefe de filas de la oposición.
Los estrategas de su partido pueden recordar tal vez que la imagen de Manuel Fraga nunca ha sido el gran
cartel electoral de los conservadores. Primero se vio subsumido entre los «siete magníficos». Después se
despersonalizó en la efímera Coalición Democrática, y posteriormente patrocinó, ya con más éxito, la
Coalición Popular.
Ahora el lema es «Fraga 86», que recuerda como Adolfo Suárez venció monopolizando los carteles de su
partido en 1977 y 1979 y Felipe González (después de un cierto anonimato en las primeras elecciones
democráticas) lo hizo con su famoso cartel sobre fondo color cielo en el 82.
Para los competidores, las elecciones gallegas han supuesto una prórroga en sus esperanzas. El PSOE
echó prácticamente toda la carne en el asador gallego, con un mensaje electoral cargado de agresividad
(tal vez recordando sus dorados tiempos de la oposición a todo).
Con esto, y con la absorción de la cuota parte del voto de centro izquierda que correspondió a la
desaparecida UCD, tos socialistas se han mantenido como segunda fuerza en Galicia.
De este voto ex ucedista se ha beneficiado, por encima del resto de las fuerzas políticas, Coalición
Gallega. El mayor problema del análisis de los resultados de Galicia reside precisamente en saber qué
parte corresponde a una opción nacionalista moderada, inspirada en el centrismo, y cuál apoya de hecho a
un proyecto reformista como el que Roca impulsa.
Sí parece demostrado que los «coagas» realizaron una campaña inteligente, apoyada por un candidato
presentable.
Tampoco fue competencia Adolfo Suárez, que puede comenzar a meditar sobre si es posible mantener
una fuerza política con su sólo impulso personal, con tanto entusiasmo como falta de medios humanos y
materiales.