SE ESPERA CON IMPACIENCIA (una ley de divorcio)
Señor director:
He leído en PUEBLO el proyecto de nue-va reglamentación penitenciaria, que no tengo más remedio que
aplaudir. Si, señor. Hay que tratar a los reclusos con humanidad y tratar de recuperarlos con buenas obras
para que, después de redimir su condena, puedan ser útiles a la sociedad.
Asimismo hay que pensar en otros machos españoles que, aunque gozan de líbertad, están cumpliendo
una injusta condena: los separados matrimonialmente.
Me parece muy bien que se conceda la más amplia amnistía, pero es extraño que ningún partido político
solicite del Gobierno una justa ley de divorcio. Un dia no muy lejano, PUEBLO abrió una encuesta sobre
el tema y fue un rayo de luz a la esperanza, pero nada más.
Hora es ya que nuestros gobernantes se ocupen de este grave problema, cuya solución espera con
impaciencia el país. Hay que despenalizar el adulterio y poner en vigor, lo antes posible, una ley de
divorcio para que tantos miles de seres marginados puedan rehacer su vida.
Agradeciéndole muy de veras la publicación de esta carta, señor director, le saluda atentamente.
Pilar L. CAÑETE
La Inmaculada E. 2
BURGOS