los candidatos
Lo dicho y lo hecho
Antonio Fontán
Durante la campaña electoral de 1977 publiqué varios artículos. Entre ellos, uno titulado «Un proyecto
concreto y hacedero», en ei que, entre otras cosas, decía que «la UCD ha acertado a conectar con las
aspiraciones de los españoles» y que «presenta un programa´ político concreto, realista y hacedero».
También decía entonces que´ UCD «postula, como forma de Estado, una Monarquía constitucional y
democrática, en la que siendo el Monarca Rey de todos los españoles, el imperio de la ley • sea la
suprema y definitiva instancia de la vida pública..Propugna una nueva Constitución democrática que
garantice las libertades, personales y públicas. Un Estado que proteja ios derechos de ios ciudadanos. Y,
en fin, un sistema de autonomías regionales coherentes y generalizadas, en el que no haya lugar a Jos
privilegios y se fomente la solidaridad nacional».
Respecto al programa económico de - I/-.I-, ,4,,,,;,, mlp wnr) se (¡mita a plantear una operación de
parcheo provisional, ni a lo que otros partidos proponen bajo la equívoca fórmula de un saneamiento
económico».
Allí proponía también tres grandes pactos: «pacto político entre partidos e ideologías —esa es la
Constitución—; pacto nacional entre el Estado y los diversos pueblos de España, y el pacto social-entre
empresarios y trabajadores, que es la libertad sindical». Y concluía que «la UCD debe ser el gran
instrumento político de la concordia y de la comunicación».
• Más que una serie´de promesas dichas, parece realmente un relato de lo hecho en el orden político.
Habría que añadir la primera victoria contra la inflación de 1978,´ la articulación de la reforma fiscal y. un
detalle de realizaciones concretas en el ,campo de la creación de puestos escolares, la movilización de
inversiones del Estado en obras públicas y urbanismo, el saneamiento de la balanza de pagos y la
reducción de la conflictividad laboral, que.ahora reverdece con ocasión de la negociación de los
convenios, pero sin alcance comparable al de dos años atrás.
Pero en las elecciones de este año los partidos tienen que enfrentarse con una temática parcialmente
renovada. Desde UCD ofrecemos un programa sistemático de acciones .concretas, seriamente estudiado,
que en los cuatro años inmediatos pasará del dicho al hecho, si .los electores españoles le otorgan crédito
y nos dan su apoyo: un plan operativo de seguridad ciudadana y de lucha contra el terrorismo, que
comprende medidas políticas y medidas técnicas policiales, que han probado su eficacia en otras
circunstancias.
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Una política de juventud de signo progresista, cuyos principales objetivos son la participación y el
fomento del empleo juvenil. Un avance en la escolarizaclón con la meta de cubrir todo el espacio de los
cuatro a los dieciséis años, respetando -y fomentando— la libertad´de enseñanza.
Una acción continuada para frenar la inflación y reducir su cota por debajo del 10 por 100 para que sea
viable la solución al desempleo. Una política de empleo que comprende apoyo fiscal a la inversión,
subvención a la creación dé puestos de trabajo (9.500 millones anuales), bonificaciones a la Seguridad
Social para la contratación de parados, un programa de contratación temporal y otro de contratos a tiempo
parcial. Varios de estos puntos se hallan también en el programa de otros partidos. La diferencia, sin
embargo, es profunda. La oferta de UCD para «una sociedad próspera y estable» es coherente con la
ideología del partido, no encierra las contradiciones inevitables en quienes —como nuestros
´competidores de la izquierda--prometen a los españoles que van a poder comerse el pastel y guardarlo:
las dos cosas a un tiempo y con un solo pastel. UCD, además, avala su propuesta con las realizaciones
políticas -y también económicas— logradas durante la transición, a lo largo de una de las crisis más
difíciles de nuestra historia nacional.
Presidente de la Diputación Permanente del Senado, miembro del comité ejecutivo de UCD, y candidato
al Congreso por Madrid.