LA TERTULIA DEL AMOR
Faltaba el amor en (as tertulias. El viernes, sin embargo, se presentó casi de rondón. Una
pareja vehiteaftera, novios quizá recientes, aguantó con la* manos entrelazadas dos horas de
calor y de pedagogía. El, mimaba la mano Izquierda de ella, mientras con la derecha cultivaba
—y hasta a vece» apretaba, por qué no decirio— la cintura de la enamorada. Ella, con la
misma sonrisa bobona de todas tos novias, indinaba muy levemente la cabeza ¡Qué mérito el
suyo! Mientras, los conceptos saltaban de voz en voz, prolijos y a veces Inaprensibles. Decía,
por ejemplo, Gómez Llorente: «Nosotros no estamos en contra de las subvenciones a la
enseñanza privada, pero antes hay que atender otra* urgencias.» La pareja no pestañeaba.
Gómez Llorente, que no pertenece a la escueta sevillana del PSOE y, por tanto, es hasta
agradable, fuma sin parar y es capaz, además, de lanzarse loe cigarrillos de comisura a
comisura stn siquiera extrañar los ojos. Es buena la dialéctica del candidato por Asturias,
aunque le falta alguna vez ta dicción. Había de «tégnfoae» educativas, lo que en él es propio
pero Imperfecto.
González Seara, ano y socialdemócrata él, lleva zapatos de tacón, de los que usaban los
bajitos hace algunas temporadas, cuando Migo, el de «Fantástico», quería disimular en ta
televisión su ptanta reducida culminada en una cabezota cardada.
González Seare ha tenido problemas en GaUda. Dicen las «húmeda*» viperinas que alU no le
quieren ver. Será quizá por esto o porque el hombre tiene una nacencia antipática, lo cierto es
que el ex secretarlo de Estado no cuidó del encanto centrista. 3on-zátez Páramo se bnputsó el
deber de amargarle la noche, deporte éste rentable dadas las risas faltonas que provoca entre
el auditorio, en el que fue ayudado primorosamente por el contertulio socialista. Todos contra
UCD o «¡pegúete usted una bofetada al muñeco a ver si le saca un oto!».
Paloma Pórtete es, ssgún data entrever, poco comunista. (Estarla bueno que to fuera!: ¡la
expulsarían del PCE! Venia peinada «a to chico» y soto ** permitió una vez recordar al señor
GH de Sagredo que «el error esté soto en aceptar sus tesis». Ski embargo, la señora o señorita
Pórtala estuvo Injusta, porque en ningún momento se pudieron traslucir la* teorías unionistas.
El señor Gil de Sagredo parecía entender poco de esto de la educación, tema para él que,
como sabrán ustedes, fue convocado a tas tertulias de ABC.
Para el señor González Páramo el punto álgido (o sea el más frió de la noche) estuvo en el
tema d« las oposiciones. ¿Sí o no? Pues ¡qué sé yol Hasta que aquí no se celebren las
elecciones, los partidos no están dispuestos a adararto del todo. Hacen bien, porque la
Intención de todos es seguir de ta actual guisa. Y sato, se to digo yo, es poco electoral.—
Cartos DÁVILA.