URGENCIA
OSE LAS MUNICIPALES
SE hace imprescindible regularizar con modelos democráticos la vida de nuestras
Corporaciones Locales, columna vertebral del movimiento ciudadano y sostén indispensable
para que los asuntos de cada día transcurran por cauces normales. No se puede prorrogar
indefinidamente el mandato de los actuales concejales de nuestros Ayuntamientos ni tampoco
el de los miembros de las Diputaciones. Son precisas elecciones municipales cuanto antes, sin
dilaciones, pues de lo contrario se estará consagrando una anormalidad que paraliza y asfixia
la actividad de las Corporaciones, con consecuencias negativas para todos. Martín Villa, desde
su elevado pedestal de Ministro del Interior, asegura que el Gobierno no quiere retrasar las
elecciones municipales, lo que no deja de ser una noticia reconfortante que no puede pasarse
por alto sin alguna glosa. Hay que decir antes que nada que nuestros municipios están
trabajando ralentizados, a una presión mínima, tapando urgencias, pero sin afrontar decisiones
duraderas ante la precariedad del mandato de sus cabezas rectoras. El reciente
acuchillamiento verbal entre el Alcalde de Madrid y algún miembro de la Ejecutiva de UCD
responde sin duda a este clima de provisionalidad que se respira á la espera de las muy
necesarias elecciones municipales. ¿Con qué espíritu Alcaldes, diputados y concejales se
enfrentan con e| trabajo de cada día cuando su cese está al cabo de la calle y la Implantación
de la democracia en nuestras Corporaciones es un hecho que debe producirse forzosamente?
No es difícil darse respuesta a este interrogante, afirmando que los problemas se amontonan
sin darles adecuada solución y los proyectos que no tengan un carácter de inmediatez, se
archivan celosamente, pero no se entra en ellos. Según parece, el proyecto para convocar
elecciones municipales está ya sobre el tapete de la mesa del Consejo de Ministros, paso
previo a su remisión a las Cortes que, en definitiva, tendrán que dar la ultima palabra, con las
correcciones que los señores diputados y senadores estimen conveniente introducir, para
definitivamente dar luz verde a un asunto que ya admite pocas esperas. Con las revelaciones
de Martín Villa en Salamanca se despejan algunas incógnitas y. sobre todo, se cierra el paso a
ciertos rumores que apuntaban a unos deseos de| Gobierno de retrasar las municipales, ante
los datos que arrojaban algunos sondeos de opinión, sobre la cesión de terreno de UCD frente
al PSOE, en relación co/i las legislativas del pasado mes de junio. Con ligeras diferencias, las
elecciones municipales, según el proyecto que está manejando el Gobierno, parece que se
harán con moldes muy similares a los utilizados el pasado 15 de junio, es decir, con el firme
propósito de garantizar la libertad más absoluta de todos los electores, en la elección de su
opción concreta para el gobierno municipal, con igualdad de oportunidades para todos y con el
control arbitral absoluto de los órganos de Justicia. Martín Villa, portavoz gubernamental más
que cualificado, no ha dudado en avanzar el criterio oficial: «Cuanto antes se celebren, mejor.
La convocatoria, pues, de las elecciones se hará presumiblemente antes de que finalice ei año
según se prometió en cierta ocasión por el propio Presidente Suárez, artífice primordial de la
transición que, hasta la fecha, ha cumplido a rajatabla sus palabras y sus promesas.
Hasta las redacciones de los periódicos llegan ecos y susurros del malestar que había
producido en muchos Ayuntamientos la posibilidad de un aplazamiento en las elecciones
municipales, cosa que se daba como segura hace un par de semanas por ciertos
comentaristas. No será así, según todos los Indicios. Habrá elecciones municipales antes del
verano, eiuizá mucho antes, y, la convocatoria, ya mismo está recorriendo el último eslabón de
su tramitación reglamentaria, para ser hecha pública en breve. Esperemos que la decisión no
se demore innecesariamente.
Miércoles 30 noviembre. 1977