LOS "GRANDES" PACTARON CON LAS MINORIAS
LOS ALCALDES SERAN ELEGIDOS POR LOS CONCEJALES
(pero tendrán que tener la mayoría absoluta de los votos)
MADRID. (PUEBLO, por José A. VISUÑA.) El debate sobre el artículo 26 (elección del alcalde que
encabezara la lista más votada) fue el punto crucial del debate sostenido ayer en el Pleno. Intervino en
primer lugar el diputado de la minoría vasca, Macia Alavedra, para oponerse al dictamen de la comisión
que especificaba la proclamación automática como alcalde del primero de la lista de concejales más
votada, sistema que calificó como poco democrático. Intervino luego, en defensa del dictamen, el señor
Fajardo (PSOE), quien sorprendió a la Cámara proponiendo la aceptación de una enmienda que aún no
había sido presentada, argumentando la necesidad de buscar una fórmula de consenso y adelantando el
apoyo de su grupo —en contra de lo que había defendido en la comisión— a la enmienda que iba a
presentar el grupo comunista. Casi al final de la discusión del proyecto, una vez votadas las enmiendas
;que pretendían fijar treinta días de plazo máximo desde la entrada en vigor de la ley y la convocatoria de
elecciones, intervino el ministro del Interior, señor Martín Villa, quien declaró ante la Cámara la
intención del Gobierno de convocar las elecciones municipales «en ua plazo no superior a treinta días
desde la aprobación de la Constitución». El proyecto de ley quedó, finalmente, aprobado sin otra
modificación que la que introduce la enmienda comunista antes aludida. Jordi Solé Tura presentó
seguidamente la enmienda, que" sería incorporada al texto del proyecto de ley con. el apoyo de los dos
grupos mayoritarios de la Cámara, UCD y PSOE, los mismos que se habían opuesto en la comisión a
cualquier alteración del texto del proyecto de ley. El representante de la UCD, señor Núñez, explicaría
luego que «no hay que rasgarse las vestiduras porque determinados pactos de los miembros de la
ponencia o de. la comisión fuesen luego modificados en el Pleno», y anunció el voto favorable a la
enmienda del partido del Gobierno. Sometida a votación, la enmienda fue aprobada con 303 votos a
favor, tres en contra y cinco abstenciones. El debate del proyecto de ley comenzó pasadas las diez y
media de la mañana, con la intervención del ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, «La ley era
buena cuando llegó a esta Cámara —dijo—, pero ha sido sensiblemente mejorada por las enmiendas.» Se
refirió más tarde al tema del plazo de convocatoria, negando que el Gobierno quiera aplazar «sin» die» las
elecciones, y explicó las razones que hacían necesario este retraso: la imposibilidad de finalizar en el
plazo previsto los trabajos de complemento y rectificación del censo, incluyendo a los mayores de
dieciocho años y a los emigrantes; la urgencia de los debates constitucionales —más urgentes que las
elecciones municipales—, y cuya discusión habría de coincidir con el proceso electoral, «en el que habrá
esfuerzos por resaltar lo que nos separa en vez de lo que nos une», y finalmente la necesidad de. elegir el
momento idóneo para estas primeras eleccioNes y de llevarlas a cabo con seguridad y garantías.
? SÁNCHEZ MONTERO: ENMIENDA A LA TOTALIDAD
A continuación, el señor Sánchez Montero —PCE— defendió una enmienda a la totalidad del proyecto
—que no supone su devolución al Gobierno— por considerar que, aunque se habían, introducido modi-
ficaciones en el mismo, el sistema propuesto favorecía el bipartidismo. «No nos negamos —dijo— al
bipartidismo si fuera impuesto de una manera normal por los electores. Aceptaremos hoy y siempre la
voluntad popular libremente expresada. Lo que no aceptamos son unas reglas injustas, hechas a la medida
de dos partidos.» Se quejó, de la imposibilidad de formar coaliciones, de la utilización del sistema
D´Hondt, la forma de elección de los alcaldes y presidente de Diputación y las dificultades puestas al voto
de los emigrantes. Refiriéndose a los partidos mayoritarios, les había dicho: «Podéis aprobar la ley tal
como está o empeorarla porque tenéis los votos para ello, pero tendréis que pagar —estáis pagando ya—
un elevado precio político por ello.» Tras la intervención del r e p r e sentante comunista tomó la palabra
el señor Núñez (UCD), quien negó las acusaciones del PCE diciendo que el bipartidismo era una cuestión
sociológica y no modificable por una ley electoral. Res- pecto a la proposición de ley presentada en su día
por el grupo comunista, reconoció que, sin duda, era democrática —como había dicho Sánchez
Montero—, pero añadió que también lo era la presentada por el Gobierno. A continuación subieron a la
tribuna de oradores los representantes del grupo mixto, grupo socialista, minoría catalana, socialistas de
Cataluña y minoría vasca, coincidiendo todos ellos en la urgencia de la celebración de elecciones.
En su intervención, el señor Galeote (PSOE) dijo que si la enmienda a la totalidad prosperase, se daría
una re discusión de la ley y un retraso en las elecciones. Se mostró sorprendido por «el apoyo inícial dado
por el PCE al Gobierno ante el presunto enfrentamiento UCD-PSOE en el debate de hoy». Volvió a
intervenir Sánchez Montero, con el fin de retirar la enmienda y aprovechó para advertir a la Cámara que
su grupo no pretende retrasar ni un mi. ñuto las elecciones locales, «que debían haberse realizado ya».
* LOS DIPUTADOS PROVINCIALES
Posteriormente fueron aprobados sin modificación los 15 primeros artículos. En el último de ellos, la
minoría catalana y el grupo comunista defendieron sendas enmiendas en las que pretendían que se
incorporase al proyecto la posibiliclad de formar coaliciones a nivel municipal. Maciá Alavedra (minoría
catalana) dijo que esta prohibición atentaba contra el principio de autonomía municipal y que las capitales
impondrán si coalición a los demás municipios. Por su parte, -el diputado comunista Ramón Tamames,
calificó el sistema de «neocaciquil» y añadió que la UCD, más q u e un bipartidismo imperfecto, lo que
pretende es un monopartidismo bien acompañado. En defensa del dictamen intervino e¡ señor Capdevila
(UCD), quien afirmó que la medida contribuiría: a clarificar el cuerpo político electoral de modo que el
elector tuviese unas opciones políticas claras. Otro de los temas políticos de la sesión fue el de la elección
de los diputados provinciales. Socialistas de Cataluña y PSOE defendieron sendas enmiendas en las que
pretendían elevar el tope máximo por partido judicial a dos tercios del total. El grupo comunista también
defendió otra enmienda que pretendía aumentar el número de diputados en cada provincia. Todas fueron
rechazadas, siendo aprobado el texto del proyecto dictaminado por la Comisión.
* PLAZO PARA LAS ELECCIONES
Igualmente, uno de los debates que suscitaron mayor interés fue el referido a la fijación de un plazo para
la convocatoria de las elecciones; plazo que estaba previsto en el informe de la ponencia y que fue
rechazado por la comisión, por los votos de UCD y AP. El señor Fajardo (PSOE) dijo que el Gobierno
había incumplido sus promesas y solicitó la celebración ds los comicios antes del verano. El representante
de la minoría catalana, Roca Junyent, expuso la necesidad de contar cuanto antes con ayuntamientos de-
mocráticos, diciendo que la situación actuad «es de parálisis»; que nuestros ayuntamientos no funcionan
porque no están abiertos los cauces para que esto suceda y, de esta manera, se agrava la crisis social y
económica, & la vez que se contribuye a desmoralizar el país. Terminó pidiendo al Gobierno que tuvieran
en cuenta los debates anteriores, para que de ellos surgiese la idea de celebrar cuanto antes las elecciones,
a pesar de que la Cámara no llegase a establecer un plazo fijo para su realización. Para defender si
dictamen de la comisión, en nombre de UCD, tomó la palabra él señor Herrero Rodríguez de Miñón.
Volvió a referirse a las razo« nes aducidas por el Gobierno para no obligarse a un plazo fijo y se mostró
de acuerdo con la urgencia de celebrar estas elecciones, pero —dijo— supeditadas a la aprobación de una
Constitución democrática. Tomó la paiabrá después el presidente del PSP, señor Tierno Gálván, quien,
tras calificarse de «neófito de la democracia», lo que no significa —comentó— que yo no soy un .viejo
luchador por la democracia, se refirió a que el parlamentarismo es, a veces, en la práctica, desolador.
Indicó que la táctica sólo tiene sentido cuando se persiguen fines superiores, pero que no tiene
justificación cuando sirve únicamente para mantener el poder. Manifestó que ,1a elaboración de la
Constitución . era prioritaria, pero que, de hecho, se veía que también era necesaria la celebración de
elecciones. Las dos necesid a d e s —dijo— tienen su lógica. Al no aprobarse las enmiendas —agregó—
no se ha dado solución e, una petición sencilla, como era la de fijar tin calendario cuanto antes, y eso es
grave.
MARTIN VILLA
Tras. ser rechazadas tes enmiendas con los votos negativos de UCD y AP (150, a favor; 171, en contra, y
2 abstenciones) intervino nuevamente el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, repitiendo que el
Gobierno no tenía la intención de aplazar «si-ne die» las elecciones y volviendo a hacer hincapié en las
razones que aconsejan retrasar su convocatoria. Añadió que nadie podía dudar de las intenciones
democráticas del Gobierno Suárez, ya que debido a la trayectoria de su política «estamos hoy aquí».
Concluyó anunciando que el Gobierno se comprometía ante la Cámara a convocar las municipales «en.
un plazo no superior a treinta días, desde la aprobación da la Constitución». Finalmente quedó aprobada
la toma en consideración de la aprobación de ley sobre el desarrollo de la pesca en Canarias, con una sola
abstención. El presidente levantó la sesión poco antes de las cuatro y media de la madrugada. El
presidente deil Congreso,. Fernando Alvarez de Miranda, agradeció el esfuerzo realizado por los
diputados; anunció, la reunión de la Comisión de Defensa para las doce de hoy, viernes, y la próxima
sesión plenaria para el día 5 de abril, en la que se continuará! el debate de los restantes temas que
figuraban en e1 orden del día de hoy. Al levantarse ´la sesión plenaria, el reloj del hemiciclo marcaba las
cuatro y veinticinco de la madrugada. Al levantarse la sesión el presidente Suárez acudió a felicitar
efusivamente (les dio un abrazo) al ministro del Interior, señor Martín Villa, y al director general de
Política Interior, señor Sancho Roí,