MUJERES
Don Fernando García, situado en ei balconcillo superior da la biblioteca de ABC, asomó el busto s hizo la
pregunta: «¿Por qué no hay aquí, esta noche precisamente, representación del Partido Socialista Obrero
Español?». «Eso quisiéramos saber nosotros», contestó a/ moderador. Don Femando García, delegado de
tos vadnos de Cuatro Caminos-Tetuán, distrito en el que los socialistas obtuvieron mayoría de votos en el
77 y en el 79, no pudo lucirse con su representante político. No estaba; don Alonso Puerta se había
convertido en «la visita que no tocó el timbre». El timbre de ABC, abierto a todos los quo han querido
venir a esta Casa, se lleno da sonoridades increíbles, de do-re-mi-fa-soles esparcidos por la Mesa que más
interés ha despertado entre propios e invitados en los últimos tiempos. Algunos, machistas, temieron lo
peor: «Aquí tenemos diálogo feminista para rato», corrió eí pensamiento por la .sala. Pasaban ios minutos
y «/a» Paquita —como lúe denominada con afecto por ei candidato da UCD— y «la» Isabel se repartian
el juego ellas solas, como hadan en los años cincuenta Lola Flores y Paquita Rico. Ante la situación, e!
señor Vázquaz, ucedista, tornó ia palabra en un descanso de las té-minas y metió baza por afusiones. Si
no lo aludan, no -habla. Y hay que reconocer que, soto ante el peligro que supone dos mujeres ¡untas, las
dos de izquierdas, las dos muy preparadas, las dos muy ¡ntetigentes, es atgo que es necesario pensárselo,
como se lo pensó don Alonso Puerta, del PSOE.
•Las feministas se perdieron la ocasión del mes. Porque aquello se /teñó de hermosas voces femeninas,
presidentas de asociaciones vecinales, como !a de Carabanche!, como la d&legáda de /as Asistentas
Sociales, u otra /inda espectadora. Aunque TVE nos diera ¡a otra noche «La fierecilla domada", aquí no
existia Shakespeare, sino la razón de la inteligencia unida a la telíezs. Los machistas respiraban entre
conformes Y resignados. Por supuesto que ninguno había llevado a su mujer, ¡Paitarla masl Alonso
Munárriz, el famoso -fabricante de pan, se declaró vencido: «¡Hasta que el 53 por 100 de los ministros no
sean mujeres, no hay nada que hacer» 3 persona} se animaba, fas preguntas se sucedían, nadie quería
marcharse, pero el reloj caminaba Inexorable y ya nadfo sa acordaba de qua e/ PSOE había hacho no-
villos.
Una tormenta da palabras correctas, bien dichas, formidablemente documentadas, ¡han dasgranándose
entre los tomos encuadernados de ABC, que tanta historia, tanto respeto y tanta democracia lleva escrita
en su. varios mülones de páginas. Paquita Sauquillo. Isabel Vilallonga y Antonio Vázquez —fas mujeres
siempre primero— estuvieron mandones, en su sitio, sin perder los papeles en ningún momento. Manuel
üsi Moral supo ver, con inteligencia, dónde estaba el extraordinario interés efe los espectadores.
Las mu/eres, ¡Dios, tas mujeres!, todas las mujeres, achicaron a fos machistas. ¿Quién podría decirles eso
tan. automovilista da «tú, a ¡regar, que es lo tuyo?». Uno tiene que pensar que en casa de estas señoras
quines Megan son tos nombres.—Alvaro LÓPEZ ALONSO.