El líder socialista descartó el Gobierno de coalición UCD-PSOE
Felipe González: "Nos preocupa la falta de estabilidad del nuevo Gobierno"
B.DELAC.
«Nos preocupa más la falta de estabilidad del nuevo Gobierno que el signo político con el que se resuelva
la crisis», manifestó anoche el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe
González, al término de una reunión de los grupos parlamentarios Socialistas del Congreso y del Senado
de más de cuatro horas de duración. El lider socialista descartó el Gobierno de coalición UCD-PSOE, se
manifestó no defraudado por la decisión del Rey, contraria a su candidatura a la presidencia del Gobierno,
y dijo que el PSOE no pedirá en principio elecciones genérales «para no dar la impresión de
desestabilizar».
El secretario general del PSOE resumió la posición socialista ante la crisis de Gobierno, planteada por la
dimisión de Adolfo Suárez, en la necesidad de no precipitar su solución y en la preocupación por alcanzar
una salida estable para el país, habida cuenta de los problemas existentes.
Recordó que.la dimisión de Suárez no ha sido explicada al país ni a las instituciones. Respecto a la
tesis socialista de no precipitar los acontecimientos, Felipe González señaló que ha existido coincidencia
en la mayoría de los grupos parlamentarios, y que también ha sido entendida y compartida por el jefe del
Estado. Estimó responsabilidad del PSOE ofrecerse como centro nuclear o elemento en torno al cual
pudiera superarse la crisis de Gobierno, actitud compartida por la mayoría de los miembros del
grupo parlamentario, aunque «algunos compañeros preferían que nos mantuviéramos en una posición de
espera, asumiendo una oposición constructiva al nuevo Gobierno».
Felipe González insistió, en que la preocupación socialista es mayor por la estabilidad gubernamental que
por el giro derechista que puede dar el Gobierno Calvo Sotelo. Estimó preferible un Gobierno
rigurosamente conservador a una derecha confusa como la que patrocinó Adolfo Suárez, cuyo Gobierno
hizo compatibles modelos económicos excesivamente estatalizados con la liberalización de los tipos de
interés.
El líder socialista se preguntó si lo que está en juego es la fórmula UCD más que las personas. Manifestó
que la salida de la cuestión de confianza planteada en septiembre fue el pacto más amplio posible dentro
de UCD, y añadió que, una vez agotada esta posibilidad, difícilmente UCD podría ofrecer ahora una´
fórmula más estable, sobre todo después de comprobar que el partido gubernamental no ha aprovechado
su congreso de Palma de Mallorca para abordar los problemas del país. Sobre la posible vuelta de Adolfo
Suárez, recordó que UCD se formó en torno al poder, y que fuera de él será más difícil para el dimitido
presidente del Gobierno aglutinar un partido como UCD.
Sobre las posibilidades socialistas para el caso de que el fracaso de la candidatura de Calvo Sotelo pudiera
hacer necesario acudir a la de Felipe González, el líder socialista rechazó, como improbables, los votos de
Coalición Democrática, y respecto a los demás aseguró que saldrían de donde están, y que aunque
anticipadamente nadie declararía su intención de voto, llegado el momento se producirían con creces los
necesarios.
Felipe González dijo que debía ser reservado respecto a la actitud socialista ante el debate de investidura,
y respecto a la estrategia de su partido ante el nuevo Gobierno declaró que en principio no existe, pero
que «si nos llevan a dos millones y medio de parados, endureceremos la posición». En cuanto a la
vinculación con los comunistas, estimó correcta la formulación del PCE ante la crisis, y aseguró que no
existirían resistencias por parte del partido, así como estimó normal que los comunistas quisieran conocer
los planteamientos de Gobierno del posible Gabinete socialista.