Lunes 3-enero 77/DIARIO 16
Con la excepción de Lisboa y Atenas
Madrid, la ciudad europea donde más cuesta vivir.
MADRID, 3 (D16), — La cesta de la compra le cuesta a cuantos viven en Madrid más horas de trabajo
que las que tienen que emplear, para comprar el mismo producto los residentes en casi cualquier otra
ciudad europea. Lo mismo ocurre con la adquisición de prendas de vestir. En cuanto al pago de un grupo
de servicios seleccionando el esfuerzo que tienen que realizar los trabajadores españoles, es algo más
reducido.
Considerando el poder adquisitivo en su conjunto, quienes trabajan y viven en Madrid tienen que sudar
más que sus colegas de cualquier otra ciudad europea. Con alguna excepción.
Pueden obtenerse estas conclusiones de un estudio realizado por la Unión de Bancos Suizos, la cual ha
obtenido 7.500 datos concretos sobre precios y salarios ,en 41 ciudades del mundo. Todos los datos se
refieren a la situación del mes de mayo y comienzos de junio de 1976 y están calculados en base a los
tipos medios de cambio de las divisas en Zurich en el mes de mayo de 1976.
Para establecer las comparaciones en cuanto a precios, que luego servirían de base para establecer el po-
der adquisitivo, una vez comparados los salarios, los banqueros suizos seleccionaron una cesta de la
compra —productos alimenticios, bebidas y tabaco—, artículos de confección, aparatos
electrodomésticos, alquileres de viviendas, automóviles, transprtes públicos y otros servicios de la más
diversa índole.
El estudio de los salarios se ha realizado, analizando las condiciones de vida de los maestros nacionales,
los conductores de autobús, los mecánicos de automóviles, los peones de albañil, los torneros ajustadores,
las obreras de la industria textil, los encargados de una empresa industrial, los cajeros de banco y las
secretarias.
El pan español, más sudado
Para adquirir la cesta de la compra aludida los tratabajadores de Madrid emplean sesenta y siete horas y
media. Para realizar la misma compra un ciudadano de Amsterdam sólo tiene que permanecer en el tajo la
mitad de tiempo aproximadamente (34,5 horas); el belga residente en Bruselas, 41,5; el residente en
Copenhague poco más de 37; quien vive en Dublín, 40; el residente de Dusseldorf poco más; el de
Estocolmo, cuarenta y una y cuarto; el ginebrino, 35,5; el de Helsinki, 49; el trabajador de Londres,
cuarenta y cuatro y tres cuartos; el luxemburgués, 39; el milanés, 62; el de Oslo casi 43; el parisino, 54; el
vienes, 44, y el de Zurich, treinta y seis y un cuarto.
Sólo los trabajadores de Atenas, Estambul y de Lisboa, entre los europeos, tienen que sudar más para
comprar la comida que el compañero de Madrid. El lisboeta concretamente debe emplear 92 horas de su
vida. Fuera de Europa, los casos más angustiosos son los de Manila (131 horas) y Buenos Aires (104).
El alto costo de los alimentos en España significa que nuestro país es una de los que presenta una
estructura de precios más injusta. En tos demás países europeos, salvo las excepciones reseñadas, los
Gobiernos respectivos han considerado que debían dar la máxima prioridad al mantenimiento de precios
bajos para los artículos que garantizan la subsistencia y que deben comprar todos, sean cuales fueren sus
niveles de renta.
Ropa: a la cola de Europa
En cuanto al esfuerzo que cuesta comprar la ropa —medida en horas de trabajo—, los habitantes de
Madrid tampoco pueden cantar victoria. El paquete de vestuario considerado fue el siguiente: un buen
traje de confección, una camisa, un par de calcetines y un par de zapatos modernos (para caballero), y un
vestido,"una falda, un par de medias y un par de zapatos (para señora).
Para comprar todo esto en "un gran almacén de calidad" el vecino madrileño se ve obligado a -trabajar
sesenta y ocho horas y cuarto. Pocos países exigen mayor esfuerzo para vestir. Los residentes en
Amsterdam (41 horas), Bruselas (64,5), Copenhague (42 y cuarto, Dusseldorf (52 y cuarto), Estocolmo
(48), Ginebra (47,5), Hensinki (50 y tres cuartos), Londres (55), Luxemburgo (54,5), Milán (53,5), Oslo
(55 y tres cuartos), Viena (67) y Zurich (45 y tres cuartos,).
El récord europeo de esfuerzo laboral se lo lleva Lisboa, donde el sufrido trabajador debe trabajar más de
103 horas para no salir desnudo a la calle. Junto a esta ciudad sólo es posible trabajar más para vestirse en
Atenas, Dublín y París.
En servicios, mejor Madrid está comparativamente algo mejor en cuanto a los servicios se refiere. Para
hacer el índice correspondiente los banqueros suizos han ponderado 14 bienes y servicios (entre otros,
corte de pelo al caballero; lavado y marcado a la señora; limpieza en seco de un traje y un vestido; lavado
y planchado de tres camisas; entrada de cine; precio de un periódico, una película en color, 20 calmantes,
tarifa básica mensual para un teléfono particular, tarifa de una ; llamada telefónica urbana, franqueo
postal en, territorio nacional).
En términos absolutos los precios españoles son más baratos que los de cualquier otro país europeo,
excluyendo Portugal, lo cual es lógico y a, que en estos servicios predomina el factor trabajo y éste es más
barato que en casi todos los países europeos. Sin embargo, al compararlo con horas de trabajo necesarias
para pagarlos el resultado es distinto, aunque no tan escandaloso como en la referente a comida y ropa. En
Madrid es preciso trabajar 11,5 horas para conseguir dichos servicios. Más que en Amsterdam, Bruselas,
Copenhague, Dosseldorf, Estocolmo, Ginebra, Helsinki, Luxemburgo, Oslo y Zurich. En cambio estamos
mejor que en Atenas, Dublín, Lisboa, Londres, Milán, París y Viena.
Peor en Lisboa y Atenas
Considerando el conjunto de bienes de consumo y servicios (productos alimenticios, bebidas y tabaco,
aparatos electrodomésticos, artículos de confección, gastos de transporte y otros servívios, Madrid se
encuentra el tercero empezando por la cola. Sólo viven peor en Lisboa y Atenas.
En Madrid son precisas 158 horas para adquirir los artículos y servicios mencionados. En Amsterdam
algo más de 91; en Bruselas, 114,5; en Copenhague, poco más de 93; en Dusseldorf no llega a 100,
etcétera. Nuestro triste consuelo está en Atenas (207) y Lisboa (271)
Por si usted quiere emigrar
El estudio de la Unión de Bancos Suizos que estamos considerando aporta un interesante anexo con los
ingresos, horas de trabajo a la semana, vacaciones anuales retribuidas, Segur i d a d Social, etcétera, de
los trabajadores englobados en la citada bolsa laboral. Lo más significativo, desde el punto de vista del
nivel de vida, es la comparación con los precios a la que ya nos hemos referido. No obstante, estas tablas
en sí mismas pueden ser interesantes por sí mismas. Especialmente si alguno de nuestros lectores desea
emigrar y las autoridades del país receptor están dispuestas a consentirlo.
Un peón de albañil con o sin conocimientos profesionales, de unos veinticinco años de edad, soltero,
ganaba el pasado mes de Junio en Madrid, deducidos los impuestos y la Seguridad Social, 3.867 dólares,
unas 263.000 pesetas al año, con una jornada laboral de cuarenta a cuarenta y cuatro horas de trabajo a la
semana.
No vaya a París Al hipotético peón de albañil español aspirante a la emigración le interesa saber que de
no poder ir a San Francisco, donde cobraría más de 14.000 dólares, descontados los impuestos (casi
cuatro veces más que en Madrid), y remitiéndonos exclusivamente a nuestra vecina Europa, las mejores
ofertas son las de Oslo (Noruega) , Ginebra (Suiza), Zurich (Suiza) y Estocolmo (Suecia), ciudades en las
que cobrará, aun reduciendo más fuertes impuestos que en España, el doble que en Madrid: unas,546.000
pesetas.
En Oslo tendría que trabajar 40 horas, en Ginebra 43,8, en Zurich 45 y en Estocolmo 40. Bajo ningún
concepto debe ir usted a París, donde le pagarán aún menos que en España (unas 204.000 pesetas al año).
Si es usted mecánico de automóviles le interesa Zurich y Ginebra, con sueldos, una vez deducidos
impuestos, del orden de los 10.000 dólares (680.000 pesetas al año) y menos de 45 horas de trabajo a la
semana.
Las dos citadas ciudades suizas están también en cabeza en cuanto a las retribuciones a los demás
trabajadores estudiados por su Unión de Bancos.
1 Con o sin conocimientos profesionales; de unos 25 años de edad, soltero
2 incluidos todos los suplementos, como pagas extraordinarias, suplemento de vacaciones, etc.
3 Impuesto sobre sueldos y salarios, teniendo en cuenta la situación familiar y !as cantidades deducibles
4 Importe de las cotizaciones a pagar por el trabajador para los seguros obligatorios de vejez, invalidez,
paro y enfermedad
5.El contrato suele ser de temporada. Frecuentemente, los empresarios aportan cantidades a un fondo
especialidad de vacaciones, como es el caso en los EE.UU.