1O/ECONOMIA
Lunes 17-enero 77/DIARIO16
El franquismo se negó sistemáticamente a realizarla
Todos coinciden: La reforma fiscal, ya
La reforma físcal, la transformación del sistema impositivo español, la están pidiendo a gritos las
necesidades del sistema económico y los más eleméntates principios dé justicia social. Expertos de las
mas diversas ideologías, prácticamente todos los partidos políticos y la gran mayoría de la opinión
publica coinciden en señalar que la reforma fiscal es inaplazable, y que es inaplazable desde hoy.
Porque un cambio de esta envergadura no se hace sólo con una ley aprobada en un Parlamento
democrático. Se hace día a día, luchando contra el fraude, potenciando la Administración tributaria,
mentalizando y obligando al contribuyente. Un sistema fiscal idealmente justo puede constituir el mayor
de los fracasos si no se cuenta,con los medios necesarios para poder aplicarlos. Y eso .requiere su tiempo.
A tocas estas conclusiones llegó D16 tras comentar a numerosos expertos.
La necesidad de la reforma , impositiva no es de ahora, aunque con el paso del tiempo se -haya
agudizado. La dictadura se negó sistemáticamente a realizar la reforma tributaria, inscribiéndola asi entre
los grandes temas de la revolución pendiente.
Cuando el ministro de Hacienda del nuevo régimen surgido, en Julio de 1936, seguramente engañado por
la retórica vacía que hablaba de justicia, quiso hacer una reforma en profundidad, tuvo que abandonar el
Ministerio. A José Lárraz, primer ministro de Hacienda de Franco, no le dejaron hacer la reforma fiscal.
Una vergüenza
El intento de Lárraz no ha sido el único, y por ahí andan circulando para demostrarlo los libros blancos o
libros verdes. Desde principio de siglo -se frustraron unos veinte intentos de reforma. Y esta pasividad
nefasta ha puesto al sector público español al borde de la quiebra.
Cuando las necesidades de infraestructura social (sanidad, educación, etc.) y física son más grandes, la
insuficiencia impositiva hace al sector público impotente y genera injusticias en la distribución de la
renta. Es significativo que cuando se está pidiendo a gritos una mayor aportación del Estado a la
financiación de la Seguridad Social (porque así se contribuye a redistribuir la renta), la aportación
prevista para 1977 disminuyó en un 2,7 por 100. Analizado fríamente, este hecho constituye una
vergüenza sin paliativos, dijeron a D16 los consultados.
Presión baja, pero esfuerzo grande
Las necesidades de la economía y la justicia social piden la reforma. "Nuestro sistema fiscal es
insuficiente, insuficiente e injusto", ha dicho el presidente de la Federación Socialdemócrata, Francisco
Fernández Ordóñez, que es además un hacendista de primera fila.
Y un maestro en este campo como Enrique Fuentes Quintana señaló: "Nuestros impuestos son exiguos,
viejos y cómodos."
Reducidos, porque su nivel se sitúa en el 37 por 100 del valor medio de la presión fiscal de la OCDE.
Cómodos, porque ante la opción clave de gravar la renta que en el país se produce, bien por los
rendimientos que originan los distintos bienes o ¡por la parte de renta que las personas perciben, se
prefiere los distintos y viejos gravámenes sobre los distintos productos.
La comodidad también se manifiesta en la evaluación global o estimación objetiva (una especie de pacto
entre: grupos de contribuyentes, y la Administración en el que se estiman los ingresos por, actividades
profesionales). Se renuncia a la determinación exacta, por comodidad, de la base imponible. La
pretendida objetividad de la "estimación objetiva" es una arbitrariedad.
La baja presión fiscal española no quiere decir que España sea un paraíso fiscal para la mayoría de los
españoles, porque el esfuerzo que muchos tienen que hacer para satisfacer sus impuestos es en algunos
sectores considerables. .´´.
Demasiadas exenciones
Junto con la característica de bajá presión fiscal (que revela la insuficiencia d e 1 sector público), pero
gran esfuerzo fiscal del contribuyente peor dotado, se encuentra en este sistema una evasión generalizada
y con un elevado nivel de fraude. Como señala Fuentes, otra característica es "la pródiga concesión de
exencio n e s, desgravaciones, bonificaciones y otros incentivos tributarios, en número superior a 700 y en
valor a cerca de un 30 por 100 de la capacidad tributaria total".,Es decir, que con estas figuras el -Estado
renuncia a recaudar un 40 por .100 del volumen de recaudación.
Si a esto se añade la insuficiencia de la Administración tributaria, que se traduce en un conocimiento
parcial e insuficiente de los contribuyentes y de sus bases imponibles, queda casi completo el cuadro del
sistema fiscal español, a lo que habría que añadir la ausencia significativa de impuestos clave como el del
valor añadido o el complementario sobre él patrimonio.
El sistema ideal
La reforma fiscal no es instantánea, sino un proceso continuado de cambio. Un país puede acostarse
monárquico y levantarse republicano, pero no pasar de la noche a la mañana de un sistema fiscal injusto a
otro justo y eficaz.
Se necesita un tiempo de adaptación, de arraigo en la sociedad y de adaptación de la Administración
tributaria.
La reforma tributaria, es un proceso hacia un sistema fiscal ideal. -Los continuados estudios de los
hacendistas, el proceso de armonización fiscal en la Comunidad Económica E u -ropea,. etc., han creado
un consenso unánime sobre cuáles deben ser las características de un sistema tributario eficaz, suficiente
y justo.
En el cuadro sinóptico se ve claramente.
Su sencillez es manifiesta. Dos impuestos, principales, sobre la renta de las personas físicas y sobre la
renta de las sociedades, lo que lleva implícito la desaparición de los impuestos de producto (contribución
rústica y urbana, IRTP, etc.) y otro gran impuesto sobré el volumen de ventas o valor añadido.
El valor añadido es el valor que un factor económico añade en la producción de un bien o un servicio por
medio de la utilización del trabajó y el capital.