Calor y color de una jornada electoral
Una señora se empeñó en que quería votar por la Iglesia
Los días electorales siempre son pródigos en anee-dotarlo. El de ayer no se quedó a la zaga. Hubo incluso
un presidente de mesa, concretamente de Arenys de Mar, que se dedicó a anotar en una pizarra todas las
anécdotas del día. Nosotros se las contamos en esta página.
«Quiero votar por la Iglesia», dijo una mujer al presentarse en el colegio electoral del asilo de Arenys de
Mar. Ante el estupor general, le preguntaron qué era eso de votar por la Iglesia. La señora insistió en su
deseo. Por fin mostró su papeleta electoral y todos salieron de dudas: ía dama llevaba una papeleta de
CiU. Las monjas del asilo las habían repartido entre los feligreses, y a la señora en cuestión no le cabla
duda de que aquel era un voto según la Santa Madre Iglesia.
En Olot, la anécdota fue menos devota pero más «caliente». A una señora se le incendió el abrigo
mientras estaba votando. La prenda ardió rápidamente y fue necesaria la presencia de los bomberos para
sofocar las llamas. No se sabe si el fuego se inició al acercarse a una estufa o fue provocado por una
inoportuna colilla. Solucionado el incidente la señora terminó de votar y se fue de! colegio sin abrigo.
En Cassá de la Selva no hubo incendio, sólo el calor y color de una familia que se presentó a votar en
tartana. Quizá la última que queda en las comarcas gerundenses.