El por qué de un voto decisivo
Mañana termina la camparía electoral. Pasado mañana será Jornada de reflexión. Y el día siguiente, el
decisivo: aquel en que los catalanes elegirán en Jas urnas el Gobierno de Catalunya.
En vísperas de tal fecha, al término de una campaña que ha permitido a cada partido ofrecer su propia
opción electoral, pienso que no estaría de más volver a considerar esta realidad: vamos a elegir el
Gobierno efectivo de nuestro país, y esta vez también, la cosa va en serio.
En otros momentos de nuestra reciente democracia, hubo que elegir la forma politice que debía amparar
todo el desarrollo legal español; fue cuando aprobamos Ja Constitución. Más tarde, lo que estaba en juego
era la autonomía —tan añorada— de Catalunya; fue cuando se aprobó el Estatuí.
Ahora ya no se discute la democracia de nuestra Constitución, o si Catalunya debe ser autónoma, como
podría sugerir la propaganda de algunos partidos. Lo que va a decidirse es qué Gobierno tendrá
Catalunya, y en consecuencia, qué modelo de sociedad va a implantarse. Habrá que decidir qué recursos
se pondrán en práctica para que el autogobierno represente para nuestro país cosas mucho más positivas
que la simple retórica o el flamear de banderas.
Contristes de Catalunya somos un partido que pide el voto sin ofrecer a cambio promesas etéreas o
compromisos ambiguos. Ofrecemos un equipo de Gobierno, no un caudillo localista. Presentamos una
ideología clara, europea, reformista. Constituimos el interlocutor más válido de la Administración central
española.
Nuestra articulación con los centristas del resto de España, a través de Unión de Centro Democrático,
implica que no entraremos jamás en el chalaneo o el regateo con contrapartidas inconfesables. Como
acaba de afirmar el presidente Suárez en Valls, «Centristes es, sin duda alguna, la voz clara, la voz
auténtica y diáfana de Catalunya en España».
Dentro de Catalunya, nuestros criterios serán los que marcarán la política a seguir por la Administración
central. Hablamos el mismo lenguaje, compartimos los mismos objetivos y, lo que es más importante, no
nos avergonzamos de ello. Bien al contrario, proclamamos sin ambages nuestra postura decididamente
centrista, homogénea con la vigente en el resto de la Europa comunitaria.
Desde fuera de Catalunya, además, estamos en la mejor situación para favorecer el desarrollo de nuestro
país y la salida de la crisis. No se trata tan sólo de que tengamos el equipo más lúcido y mejor preparado
para el autogobierno. A ello se agrega que poseemos una visión global de los problemas económicos, y no
vamos a apelar a los parches localistas.
Es característico de los partidos nacionalistas el propiciar una política del tipo nosaltres sois.
Lamentablemente, en la era de la integración europea, los problemas energéticos, el renacimiento de la
guerra fría y las comunicaciones casi instantáneas, los problemas adquieren dimensiones continentales,
cuando no planetarias. Y a ellos no se puede responder con las soluciones caseras que propugnan los
partidos del «nosaltres sois».
Por convicción política, y por eficacia resolutiva, Centristes de Catalunya representa el único cambio
efectivo del actual desgobierno que nos ofrecen las fuerzas de la izquierda, aposentarse ya en los
ayuntamientos. Los responsables del «Pacte del progrés» ya han tenido su oportunidad. Sus resultados
están en la mente de todos.
Ni Catalunya, ni España, se pueden permitir hoy el lujo de continuar con ensayos bien intencionados,
pero lamentables. Nosotros, desde la Generalitat, no vamos a jugar con Catalunya. Vamos a gobernarla, y
vamos a gobernarla bien. El próximo Jueves 20 empezará el auténtico momento de la verdad.
Presidente de Centristes de Catalunya (CC-UCD) y candidato núm. 1 en Barcelona
Antón CAÑELLAS