EL SISTEMA DE PARTIDOS Y SUS. PERSPECTIVAS EN ESPAÑA por Higinio PARIS
EGUILAZ
CUANDO recientemente se aprobó en las Cortes, una Ley de asociaciones políticas que hace
posible el restablecimiento de los Partidos, recordamos simultáneamente varios hechos, entre
ellos los siguientes; la doctrina de José Antonio que inspiró el Movimiento Nacional,
absolutamente contrario al sistema de Partidos, hasta ef punto de que calificó a Falange como
un antipartido; la inmediata disolución por las autoridades nacionales de los mencionados
Partidos, cuando se inició la guerra española en 1936; la Ley de Principios Fundamentales del
Movimiento Nacional; las declaraciones de Franco de que en el sistema español caben muchas
modificaciones, pero nunca el restablecimiento de los partidos políticos, y, en fin, los resultados
conseguidos con el sistema del 18 de Julio, que aún con todos sus defectos, no admiten
comparación alguna con la desastrosa situación a la que se había llegado con los Partidos en
la etapa anterior a 1923, antes del Gobierno del General Primo de Rivera, y después en los
años de la República (1931-1936). Nada de todo ello fue tenido en cuenta ni por la mayoría de
los Procuradores que voto a favor de aquella Ley, ni por muchos dirigentes políticos, ni por la
Prensa, que han hecho posible el próximo regreso hacía los partidos silenciando que el merj
cíonado sistema, al provocar la desintegración política, económica y social, condujo a la guerra
española de 1936.
En una obra del ministro de la República, Gordon Ordax, (Mi política fuera de España. Tomo I.
Páginas 9 a 12. México D.E. 1965) se exponen las opiniones de destacadas personalidades
republicanas, que llegan a la conclusión de que la situación era completamente insostenible,
por efecto del paro, las huelgas, los atentados, los desórdenes públicos y la falta de autoridad y
de capacidad del Gobierno, e indica: "Para salir de tal estado de cosas el ochenta por ciento de
los españoles añoran una Dictadura". "Desgraciadamente no ha de pasar mucho tiempo, sin
que acontecimientos francamente trágicos, liquiden este período de la República". Y esto no lo
decía la propaganda del régimen de Franco, sino un Ministro destacado de aquella república y
ese sistema es al que apoyaron entonces y apoyan ahora las naciones occidentales, porque
según su criterio representa "el ideal democrático" y es al que se quiere volver y de ahí la
frecuencia de la visita a España de dirigentes extranjeros, para comprobar los progresos que se
hacen en lo que llaman "democratización" política.+
Y cuando se argumenta con estos hechos, que no pueden ser discutidos, pues no son remotos
y no necesitan interpretaciones de los historiadores, porque los hemos vivido y sufrido millones
de españoles, se contesta que ahora las circunstancias son diferentes y que aquellas
situaciones no se reproducirán. Desde luego son distintas, pero mucho peores que entonces,
porque a la naturaleza desintegradora de los partidos, hay que añadir las consecuencias de la
guerra española, con el afán de venganza de los que fueron vencidos, estimulada por lo que
están presenciando y la actuación de las ´internacionalidades, que a través de los Partidos
disponen de una via, de un instrumento, para actuar en forma permanente en la política
española.
Ahora se intenta, con buena intención, pero con insuficiente conocimiento de la realidad
española^ y de los propios españoles, unos Pactos con los grupos que fueron vencidos en la
Guerra de 1936, tanto políticos como sociales, pero aunque se consiguieran, que es muy
dudoso, sólo podrían durar una etapa muy breve, simple táctica para llegar a sus verdaderos
fines, por lo cual no hay base para los mismos. En 1974, el Partido Socialista Obrero Español,
se declaró partidario de una República, Socialista y Federal, que es lo contrario de un Régimen
monárquico, unitario y de economia de mercado; y en la reunión del comité central del Partido
comunista español, celebrada en Roma el 28 de julio pasado, con asistencia de representantes
de los Partidos socialistas españoles y de otros izquierdistas, se llegó a la conclusión de que
para colaborar con el Gobierno actual, habrán de cumplirse las siguientes condiciones: Que el
Gobierno prescinda de las Leyes Fundamentales y de las Instituciones. Que se cree un
Gobierno provisional de reconciliación nacional, naturalmente con su participación. Que ese
Gobierno convoque Cortes constituyentes con plenos poderes para aprobar una nueva
Constitución. Una amnistía general para todos los condenados políticos, sin exclusiones. Que
se promulgue una nueva Ley de Asociaciones, también sin exclusión alguna y la formación de
Gobiernos autónomos en Cataluña, Euzkadi y Galicia, sobre la base de los Estatutos de
autonomía histórica. Esta última exigencia, en nuestra opinión los desacredita.
no sólo como españoles, al romper la unidad nacional, sino también como comunistas, pues ya
nos podernos figurar (a democracia que existía en la situación históricoforal del siglo XV, con
una organización política feudal y en la cual los Fueros eran fundamentalmente privilegios para
la nobleza, que dirigia aquellas instituciones; si estas propuestas las hicieran en la Unión
Soviética, serian separados del partido comunista, por querer restablecer en ciertas regiones el
feudalismo.
A cambio de estas exigencias el Partido Comunista ofrece el respeto a^ los derechos humanos
incompatible con el dogma de "la dictadura del proletariado" y con su actuación en ios países
del Este, en los cuales sus ciudadanos no pueden entrar ni salir libremente; ofrecen además el
respeto a la libertad de la Iglesia así como su independencia, y a la vista está como la practican
en esos países.
En resumen, la oposición social-comunista no ofrece nada a cambio de imponer su dominio
completo, queriendo conseguir ahora por el engaño una rendición política total.
Y para que nadie tenga duda alguna y no pueda decir después que le han engañado, todos los
españoles deben tener muy presente, incluido el Gobierno, que el Secretario General del
Partido Comunista español, en declaraciones a la periodista italiana Oria na Fallaci, publicadas
hace unos pocos meses en la revista "L´ Europeo, el 10 de octubre de 1975 afirmó "QUE EL
FIRMARÍA UNA SENTENCIA DE MUERTE CONTRA FRANCO, QUE SERIA UNA INJUSTICIA
HISTÓRICA QUE MURIERA EN LA CAMA Y LO QUE SENTÍA ERA NO HABERLE PODIDO
CAZAR" lenguaje que nada tiene de democrático, sino que revela un odio patológico y en la
revista "TIME" del 28 de julio de 1975, afirma "EN EL PERIODO POSTERIOR A FRANCO,
TODAS LAS INSTITUCIONES DEL RÉGIMEN FRANQUISTA HAN DE DESAPARECER,
INCLUIDO EL PRINCIPE JUAN CARLOS", lo que demuestra la clase de conciliación que
quieren imponer, y en fin, en agosto pasado, declaró a un semanario madrileño, cuando se le
preguntó si aprovecharía la crisis para bloquear la economia, "QUE UTILIZARÍA TODOS LOS
MEDIOS POLÍTICOS Y SI ESTÁN EN POSIClClON DE FUERZA A CAUSA DE LA CRISIS,
APROVECHARAN ESA SITUACIÓN DE FUERZA", es decir emplearán la coacción, prueba
evidente de la "libertad democrática" que nos espera, amenaza intolerable que no la permitiría
Gobierno alguno y en la Unión Soviética, el castigo seria verdaderamente ejemplar y con toda
razón.
Debemos recordar que el expresidente del Gobierno, Arias Navarro, el 17 de febrero de 1975
afirmó: "Hay ciertamente un sistema político, dentro de los llamados democráticos, donde la
auténtica representación popular, queda tan perdida en el parlamento por una proliferación
incesante de grupos, facciones y camarillas, que la marcha democrática normal del país, queda
obstaculizada y marginada, por el constante tejemaneje de cada uno de aquellos, para formar
alianzas, compromisos y coaliciones con que lograr infiltrarse en un poder debilitado, cansado y
confuso, incapaz de otra cosa que de defraudar al país y encaminarlo a su autodestrucción, a
plazo más o menos lejano, por los caminos de la ineficacia y de la arbitrariedad. Esta
experiencia ya la hicimos los españoles en los años treinta, y todos hemos aprendido a duro
precio la lección".
Todos, menos los Procuradores que aprobaron la nueva Ley de Asociaciones y la "generación
joven", que si no se evita a tiempo la tendrá que volver a aprender. Y la pregunta que nos
hacemos es esta ¿Se puede permitir establecer un sistema que como afirmó el expresidente
citado, conduce a la autodestrucción de España?. De la contestación a esta pregunta, depende
el futuro próximo de los españoles y nuestra posición es muy clara; jamás y por ninguna causa
se puede tolerar la destrucción de España.