EL PAÍS, domingo 12 de junio de 1977
ESPECIAL ELECCIONES
Mañana, a las doce de la noche, habrá concluido la campaña electoral. Una campaña corta, alevosamente
corta. Una campaña programada con suspense desde las altas esferas; suspense sostenido en la espera de
la publicación de las disposiciones adicionales.
El Partido Socialista Obrero Español ha demostrado de forma fehaciente su capacidad. Una campaña
como la realizada por el PSOE sólo se puede conseguir si hay equipos humanos cuantitativa y
cualitativamente suficientes, si existe una coherencia ideológica respaldada por cien años de historia, si se
cuenta con una estrategia clara y una táctica adecuada. Concretamente nuestra campaña ha sido un
ejemplo de unidad a todo lo ancho y largo del país. Esta actitud compacta de todos los candidatos no se
improvisa y es el resultado de un partido maduro, con equipos de trabajo y largas horas de reflexión y
debate.
Los ciudadanos el dia 15 van a elegir —por primera vez en cuarenta años— a sus representantes. Los
españoles tienen una gran responsabilidad porque la libertad está en sus manos.
La primera elección, decidir entre demócratas auténticos y conversos de última hora, es fácil. Al pueblo
no se le confunde con declaraciones oportunistas que las biografías contradicen de modo rotundo. Los ex
ministros y tecnócratas están invalidados de salida.
Votar democracia es un impulso, un sentimiento, que el pueblo debe racionalizar para que su voto haga
posible un buen funcionamiento institucional de esa democracia y, para que la convivencia en libertad
enriquezca al país en el plano material de la forma más igualitaria posible.
La gestión democrática exige saber comportarse continuamente. Por qué socialismo, por qué PSOE
te, en el éxito y en las adversidades políticas, como demócratas. Solo un partido con una vida interna
profunda y permanentemente democrática es capaz de conducir un Gobierno y un Estado con la libertad
más amplia posible y con la autoridad moral que conlleva el tener el respaldo popular. El PSOE tiene cien
años de existencia, de vivencia democrática, nuestros militantes están acostumbrados a debatir los
problemas a fondo sin tabúes, a quedarse en minoría, a obtener la mayoría, a aceptar el consenso
mayoritario. No todas las fuerzas que han luchado por las libertades democráticas tienen mecanismos y
estructuras de funcionamiento democráticos. Las que carecen del hábito de la democracia, difícilmente
podrán evitar utilizar medios no democráticos para obtener los resultados deseados. Los socialistas
sabemos gobernar en la democracia y sabemos salir de los puestos de Gobierno si el pueblo nos retira
provisionalmente su confianza.
El socialismo es demócrata porque pretende profundizar la democracia. El socialismo pretende alcanzar
progresivamente la democracia plena colocando en pie de igualdad a todos los ciudadanos, igualdad legal,
igualdad material, igualdad cultural El socialismo es el final de un proceso democratizador social,
económico y político que no tiene nada que ver con el comunismo —«capitalismo de Estado»— aplicado
en los países del Este. En éstos, el papel protagonista del pueblo es sustituido por el partido comunista,
que actúa, en el mejor de los casos, paterna-listamente, cuando no de una forma autoritariamente
draconiana.
El socialismo es, pues, la única ideología que conjuga la democracia formal heredada del liberalismo con
la ineludible tarea de proporcionar un bienestar no alienante al pueblo.
Ser socialista no significa ser utópico; es más, ser socialista serio es lo más alejado de la utopía en la
práctica, aunque el fin utópico no se desvanezca. Un socialista es una persona con los pies en la tierra, sin
pájaros en la cabeza. Un socialista, un partido socialista autentico, no tiene nada que ver ni con un
aventurerismo seudo revolucionario, ni con un socialismo de laboratorio o de cátedra que al final, por
falta de peso y de incardinación con el pueblo, acaban colaborando con la derecha reaccionaria de forma
oportunista y personalista.
El Partido Socialista Obrero Español es el partido que mejor representa al socialismo en este país, porque
engarza con una larga historia de honestidad y de mantenimiento de sus compromisos, aun a costa de
afrontar riesgos y sufrimientos. El PSOE es, además, su máximo exponente por su implantación en toda la
geografía peninsular y de los archipiélagos, aspecto que queda evidenciado al ser el único partido que ha
sido capaz de presentar candidatos en las 52 circunscripciones y mantener en todas ellas una campaña
activa y sostenida, de la que dan idea los 3.500 mítines que se han celebrado y los millones de carteles,
folletos y pegatinas repartidos por militantes del partido.
El PSOE es, asimismo, el partido capaz de afrontar con eficacia la imprescindible tarea de saneamiento y
reorganización de nuestra economía y la posterior transformación de las estructuras sociales y económicas
de acuerdo con los intereses prioritarios de los trabajadores y las capas populares.
El PSOE puede afirmar su capacidad para realizar esta labor porque tiene un programa económico,
elaborado democráticamente en el seno del partido con el asesoramiento técnico de nuestros propios
expertos. Un programa económico realista estructurado en fases progresivas: periodo de consolidación
económica- para la consolidación de la democracia y periodo de transición a una economía socialista
democrática, que se escalonaría en función de las posibilidades y estaría regido en todo momento por dos
ideas directrices: la necesidad de adecuarse a la situación objetiva del país y la exigencia de que el
socialismo sólo se puede construir con el apoyo mayoritario del pueblo.
Además del valor técnico de nuestro programa económico, lo importante es que es un programa
respaldado por miles de personas en el país, que se auto disciplinarán en mantenerlo, en la confianza de
que si se aplica, por primera vez, no irá en contra de ellas, y será el mismo pueblo el sujeto activo de su
puesta en marcha. Esto es de resaltar porque sólo un gran partido socialista es capaz de poner en práctica
un programa económico. De nada sirve que cuatro ilustres universitarios redacten algo notable si detrás
no hay una población que participe también en su elaboración.
En el ámbito internacional el PSOE pone a disposición del país un conjunto de relaciones fraternales con
los pueblos, Gobiernos y partidos democráticos de Europa, países árabes y Latinoamérica, que garantiza
unas relaciones internacionales en pie de igualdad de nuestro país con el mundo, a fin de asegurar la
independencia nacional.
Esta exposición no es una elucubración retórica, está contrastada día a día, mitin a mitin, persona a
persona, por todos los miembros del PSOE. Nuestro partido se ha ganado a pulso la mayor credibilidad
democrática, tiene la más extensa organización, posee los equipos de expertos más cohesionados. Nuestro
partido es una opción concreta de poder, la opción concreta de Gobierno en defensa de los trabajadores,
es decir, de todos aquellos que trabajan, ya sean manual o intelectualmente, e incluso de aquellos
pequeños comerciantes y agricultores que en empresas familiares están zarandeados por los vaivenes de
una economía en manos de las altas finanzas, las grandes empresas nacionales y multinacionales.
El PSOE es garantía de democracia y desarrollo armónico y si el miedo se desvanece y las artimañas
caciquiles no lo impiden, demostrará su capacidad después de las elecciones. Pero para ello, el elector
debe tener en cuenta que un voto más a las listas del PSOE puede suponer un diputado más para la
democracia y el socialismo, mientras que ese mismo voto concedido por simpatías personales a un
candidato de. otras listas electorales debido al sistema de asignación de escaños, puede perderse, puede
desperdiciarse, en definitiva dárselo a ganar a la derecha franquista descarada de Alianza Popular o a la
derecha disfrazada de Centro de UCD.
Para que el voto sea democrático y eficaz, el voto debe ir a la fuerza democrática capaz de recoger el más
importante apoyo popular. Pensamos que el próximo día 15 esa fuerza democrática será el Partido
Socialista Obrero Español.
FELIPE GONZÁLEZ
Primer secretario del Partido
Socialista Obrero Español
Candidato al Congreso por Madrid.