«QUO VADIS»
Por Abel HERNÁNDEZ
UN sondeo de opinión pública, llevado a cabo recientemente, revela´el abismo que se está abriendo entre
la cíase política y los votantes del 15 de junio. La desilusión de los ciudadanos sobre el comportamiento
de los elegidas en las urnas alcanza a todos los partidos políticos. Según parece, más de la mitad de los
votantes se sienten defraudados, tanto con la U.C.D., como con el P.S.O.E., el P.C.E. y Alianza Popular.
El espectáculo, no apto para mentes normales, que está dando en estos momentos el Congreso de los
Diputados no va a contribuir precisamente a que el Parlamento recupere la credibilidad ciudadana.
No son estos los problemas que preocupan al pueblo. Al hombre de la calle le inquieta la situación
económica, le intriga la forma como se está desarrollando el proceso nacía las autonomías y le quita el
sueño el deterioro creciente de la vida social. Quiere que los trenes vayan limpios y funcionen con
puntualidad, que las cartas lleguen a su destino a tiempo, que se detenga la incontrolada subida de los
precios, que se pueda salir a la calle sin miedo, que haya guarderías, que la enseñanza de sus niños sea
gratuita, que haya parques y jardines suficientes, que lo que se compre tenga calidad mínima, que los
hombres de los servicios sirvan con educación al cliente, que haya suficientes y dignos transportes
públicos, que se ponga freno a la especulación del suelo, que se sepa claramente a dónde vamos...
Entretanto, los representantes del pueblo se dedican a presentar mociones pintorescas. El P.S.O.E. quiere
colocar al Gobierno contra las cuerdas sin presentar recambio. £1 Gobierno se resiste a declarar la guerra
al P.S.O.E. Por encima se pacían acuerdos previos. La U.C.D., partido mayoritario, no sabía ayer mañana
que el Pleno iba a durar tres días. El P.S.O.E. trata de hacer una convención —una asamblea popular— de
la Cámara de Diputados, que, por no tener, no tiene ni reglamento. Entretanto, las Ejecutivas del P.S.O.E.
en provincias están presentando la dimisión. Muchos ministros del Gobierno confiesan en privado que no
piensan llegar a Navidades. Los representantes ucedistas en los puestos claves del Congreso se prestan al
juego de la irracionalidad. No es extraño que el hombre de la calle no se haya enterado o le importe un
bledo de que se está celebrando «i primer Pleno del Congreso de los Diputados. El hombre de la calle, el
pueblo, tiene la sensación de que a sas señorías les tienen sin cuidado sus verdaderos problemas, y eme
»ara este viaje no hacían falta alforjas.