La maniobra de la obra
El Opus Dei tiene en Cataluña, y particularmente en Barcelona, una fuerza económica e institucional que
no ha podido apostar seriamente por ningún partido durante la democracia. Incluso cuando Laureano
López Rodó se convirtió en el hombre de Fraga en Cataluña, el Opus no estuvo fiel o suficientemente
representado.
Convencido de que las opciones de derecha nostálgica no resultan productivas, un sector opusdeísta inició
hace ya un año una maniobra de aproximación a Pujol mediante el copo del minúsculo partido de Coll i
Aletorn, Unió Democrática de Catalunya, operación conseguida sólo en parte.
Pero cuando se iba a lanzar una segunda oleada en este sentido —protagonizada por personajes cercanos
al PDP de Alzaga—, comenzó el vertiginoso ascenso de AP en toda España, Cataluña incluida, y lo que
en UCD impedía de hecho su penetración, a saber, la existencia de un aparato relativamente poderoso e
inabordable, se convirtió en un factor clave para intentar en AP lo que hasta ahora no se había
conseguido. La debilidad de los cuadros fraguistas es tal que el Opus no necesita el rodeo del PDP y,
mediante Doménec Romera, podría conseguir tener, por primera vez, «su» partido en Cataluña.