Castiella vuelve a Madrid
"HEMOS PROCURADO SERVIR EL SUPREMO INTERÉS DE ESPAÑA"
A bordo del «J. Romero de Torres», en vuelo regular de la Compañía Iberia, ha regresado hoy de
Washington, a las ocho horas y veintidós minutos de la mañana, el ministro de Asuntos Exteriores, don
Fernando María Castiella. A su llegada hizo las siguientes declaraciones:
«Durante nuestras conversaciones —dijo el ministro esta mañana— hemos tenido siempre presente que
quien con la mayor autoridad en España podía hablar de estas cosas, nos había dicho que cuando un
gobernante cuenta con la confianza de su pueblo, puede hacer lo que crea conveniente para su país si los
problemas se le presentan de manera clara y terminante, como ocurrió al establecerse los acuerdos en
1953; pero cuando éstos pueden entrañar peligros graves para la nación, entonces está obligado a hacer
cuanto sea posible, dentro de los limites humanos, para suprimirlos o aminorarlos.»
Anadió el ministro que venía de Washington, cen donde hemos trabajado arduamente, con todas nuestras
energías, para defender los intereses españoles. Esta ha sido nuestra única preocupación. Nos dábamos
cuenta de que se encontraban en juego cosas muy Importantes, verdaderamente decisivas para nuestro
país. Oreo que hemos procurado todos servir al supremo interés de España. Ello es siempre motivo de
orgullo para un español.
En las negociaciones que hemos mantenido con el Gobierno de Estados Unidos —dijo más tarde— no
nos ha guiado otro propósito que garantizar la seguridad de los españoles, de alejar todo peligro
innecesario de nuestra población. Así hemos enfrentado el complejo problema de la renovación de los
acuerdos militares con los Estados Unidos.
Con esta guía y esta confianza hemos trabajado, sabiéndonos respaldados por el Gobierno y creyendo ser
intérpretes fieles de los deseos y preocupaciones del pueblo español. Todos mis colaboradores —agregó
el señor Castiella— diplomáticos y militares, a quienes agradezco mucho su entusiasta y admirable
ayuda, se han esforzado conmigo en llevar las negociaciones con el Gobierno norteamericano de forma
que quedaran en todo momento asegurados los intereses, pero, por encima de todo, el decoro y la
dignidad de España.»
El ministro de Asuntos Exteriores terminó diciendo: «Yo espero sinceramente que el periodo de seis
meses de consultas bilaterales que ahora se abre sirva para clarificar la situación y para que los criterios
españoles sobre la seguridad de su propio país y la seguridad general del mundo libre sean enteramente
apreciados. Espero también que sobre estos fundamentas se edifique la nueva colaboración hispano-
norteamericana y puedan ser renovados los acuerdos. Con este espíritu y con la más cordial amistad
me he despedido de mi colega el secretario de Estado norteamericano, señor Dean Rusk.»
Acudieron a recibir al señor Castiella el ministro de Información y Turismo, don Manuel Fraga Iribarne
que ha desempeñado la cartera de Asuntos Exteriores durante la ausencia del titular; el ministro de
Marina, don Pedro Nieto Antúnez; el capitán general don Agustín Muñoz Grandes; los Jefes de los
Estados Mayores de los tres Ejércitos; el embajador de Estados Unidos en España, señor Robert P.
Wagner; directores generales de los Ministerios de Información y Turismo y Asuntos Exteriores, y don
Luis Gómez de Aranda, en representación de la Secretaría General del Movimiento.