DURA ACOGIDA DE LA PRENSA DANESA A AREILZA
El conde de Motrico será recibido hoy por la Reina madre y mantendrá entrevistas con el primer ministro
y con su homólogo danés
COPENHAGUE, 3. (Crónica de nuestro enviado especial, por teléfono;) El saludo de la Prensa danesa a
la llegada del ministro español de Asuntos Exteriores, esta tarde, a Copenhague ha sido el previsto.
Este país no es la tierra de los cuentos amables de Andersen, sino que se presenta hoy como una
comunidad nacional en la que tienen circulación los tópicos más equívocos sobre los últimos cuarenta
años de vida política española, y en la que periodísticamente se hace, en el más benévolo de
los casos, gala y bandera del más destemplado y expreso escepticismo sobre la reforma democrática.
El amable bucolismo de la campiña danesa,entrevista desde el avión—prados verdes y aguas azules en
una tarde de sorprendente primavera—; la acogedora presencia de un urbanismo que parece trazado sobre
argamasas de chocolate y toda suerte de golosinas; los mástiles de las embarcaciones cruzando al otro
lado del semáforo en rojo a través de puentes levadizos..., los escenarios más ponderados, lindos y
recoletos, sitúan y enmascaran, cabe decir, la etapa que promete ser la más difícil, acida y reticente
en este tercer periplo informativo por los países de la C. E E. del ministro español de Asuntos Exteriores.
LA ACOGIDA DE LA PRENSA.—La muestra más moderada de este clima periodístico la ofrece el
órgano Gubernamental «Aktuelt», en el que se dice: «Hoy, el Gobierno español dirigirá su ofensiva
europea a tierras escépticas.» Censura «Aktuelt» la política seguida por el Gabinete del presidente Arias
ante los conflictos huelguísticos de las últimas semanas —que entiende como rigurosamente laborales—,
y pone en el debe del historial político del conde de Motrico sus largos años de servicio al Régimen.
Exige una legitimación, parlamentaria para los protagonistas de la reforma política española, asi como la
participación, junto a las fuerzas «burguesas» de socialistas y comunistas. De otro punto, un periódico
movido y financiado por un «pool» de intereses editoriales, que recaba sus más importantes ingresos en la
edición de productos pornográficos, el «Ekstra Bladet», titula «La Reina recibe a un fascista». Sin
comentarios.
Ha sido, sin embargo, el órgano periodístico más prestigioso de Dinamarca, el liberal «Berlingske
Tidende» el que plantea en, términos de civilización y democracia, los rasgos y características del
visitante y de la misión que le trae a estas tierras, menos escépticas, esta es la verdad, que agitadas por la
borrasca izquierdista más enconada del solar comunitario europeo. «Se puede otorgar al Gobierno de la
transición —escribe el «Berlingske Tidende»— el beneficio de la duda.» Califica al ministro Areilza de
negociador duro y pragmático; le reconoce la tenacidad vasca y le alinea entre las figuras del Gobierno
español más directamente comprometidas en la reforma democrática.
LA JORNADA DE AREILZA.—Estos son, en fin, los vientos periodísticos que soplan en Copenhague a
la llegada del ministro español de Asuntos Exteriores. Los niveles operativos y prácticos de esta etapa se
encuentran empero, naturalmente, situados a nivel de Estado, en las entrevistas que el señor Areilza
celebrará mañana: con el ministro de Asuntos Exteriores, señor Andersen, que al mediodía le ofrecerá un
almuerzo; con el primer ministro señor Jeorgensen, y con el titular de Relaciones Económicas, Norgaard.
Después de la entrevista con el jefe del Gobierno, el conde de Motrico será recibido en audiencia por Su
Majestad la Reina Madre, en su calidad de Regente. El ministro Aréilza ofrecerá, mediada la tarde, una
copa de vino a la que asistirán varios miembros del Gobierno danés. Antes, habrá celebrado una
conferencia de Prensa y hecho unas declaraciones a la televisión holandesa. Sobre las seis y media de la
tarde, el conde de Motrico emprenderá viaje de regreso a Madrid en un avión Mystère de la Subsecretaría
de Aviación Civil.
LAS ULTIMAS HORAS LONDINENSES.— Las últimas horas de la visita londinense del ministro
español de Asuntos Exteriores han sido ocupadas está mañana por tres entrevistas: con la Cámara de
Comercio Hispano-británica, con un grupo de banqueros ingleses interesados en conocer la política
económica española y con la jefe de la oposición conservadora, señora Thatcher, a la que el señor Aréilza
ha informado del progama de reformas políticas, sin que, por otra parte, fuera abordado el tema de
Gibraltar.
En lo tocante a este punto puedo asegurar que el problema del Peñón no ha sido ligado por el Gobierno
Inglés a los asuntos tratados durante la visita a Londres del ministro Aréilza, pese a la interrelación que
del mismo, con éstos, se hiciera durante los últimos días en la Prensa británica.
En lo que respecta a la aceptación de las tesis españolas de cara a la adecuación del Acuerdo preferencial
de 1970 es cosa que no se ha podido resolver en esta visita y que requerirá nuevos contactos.
Aquí, en Copenhague, es de esperar también que la relación entre los niveles periodísticos y
gubernamentales se resuelva en los términos que corresponden al marco de las relaciones dé Estado. Sin
injerencias y sin Impertinencias. El principio de unanimidad por el que se rigen las decisiones
comunitaria» iguala la condición de interlocutor de todos los países miembros. En un futuro, cuando
España solicite la integración en la Comunidad Económica Europea, el voto danés pesará tanto y será tan
decisorio como los de Alemania, Francia e Inglaterra.
Hoy, en Copenhague, podía entenderse muy claramente que la aventura española en Europa puede
resultar tan incómoda como necesaria.—José JAVALOYES.