RTVE vulneró la normativa electoral Pudiera invalidar el referéndum El Alcázar. 07/12/1978. Pág. 1. Párrafos 4. RTVE vulneró la normativa electoral PUDIERA INVALIDAR EL REFERENDUM LOS más elementales requisitos de la democracia fueron vulnerados durante la víspera de referéndum y la jornada de las votaciones. Ningún respeto ha existido en la radio y la televisión oficiales hacia lo que es principio insustituible para la libertad del voto y está descrito con precisión en el reglamento electoral. La campaña en favor del «Si» se mantuvo en la radio y la televisión oficiales hasta el último minuto. La presión sobre las conciencias se practicó sin recato y sin respeto alguno a los principios democráticos. No sólo la moral política y la ética democrática fueron desconocidas. Fue burlada también la norma que debía ser garantía de la validez del referéndum. Hora tras hora, con machaconería insultante, con descaro ofensivo, con altanería humillante, los mecanismos informativos de RTVE se pusieron al servicio de la antidemocracia y del más brutal de los sectarismos. Hora tras hora, durante dos jornadas interminables, los micrófonos y las cámaras de RTVE volcaron sobre los españoles un caudal inaudito de recursos de la más variada naturaleza, incluso los llamados subliminales, para estimular al voto y al voto afirmativo. Las reglas del juego fueron rotas y envilecidas. Ningún principio democrático se respetó. Los amos del poder utilizaron con descaro inaudito unos recursos técnicos que debieran estar al servicio de la comunidad nacional y no de sus intereses sectarios. Fue un espectáculo nauseabundo el ofrecido por RTVE, haciendo desfilar ante la mirada atónita de los españoles una caterva interminable de personajes de melodrama que cacareaban la lección vulgar contra el pasado y en favor de un futuro cuya inviabilidad hoy más que nunca ha estado clara. Mientras los datos de la votación alertaban a los ciudadanos y al poder sobre la restricción popular y el alto nivel de la abstención, RTVE realizaba un esfuerzo exasperado por invitar al voto afirmativo y mover a unas gentes carentes de convicción y da adhesión. Sean cuales sean las cifras que arrojen finalmente las computadoras, el referéndum está invalidado en su propia consumación. Cuando las reglas del juego democrático se incumplen y este incumplimiento adquiere los términos de desvergüenza e impudicia evidenciados por la radio y la televisión oficiales, la consulta electoral resulta nula. La veracidad democrática del referéndum queda irremediablemente destruida cuando las exigencias últimas de la libertad son vulneradas. Podremos tener una Constitución aprobada por un voto escuálido. Pero su fuerza moral aparece de antemano aniquilada. A las razones anteriores de invalidez o ilegitimidad, se añade esta última de corrupción de los fundamentos mismos del voto, sustancia de la democracia inorgánica.