Los Reyes, aclamados al entrar en el hemiciclo ABC. 28/12/1978. Pág. 5,7-?. Párrafos 8. LOS REYES, ACLAMADOS AL ENTRAR EN EL HEMICICLO Cuando Sus Majestades los Reyes y el Príncipe de Asturias entraron en el hemiciclo, a las once y media de la mañana, fueron recibidos con una gran aclamación por los parlamentarios e invitados, puestos en pie. En primer término, el líder de la oposición y primer secretario del P. S. O. E., don Felipe González, aplaudiendo a la entrada de los Reyes. EL DISCURSO DEL PRESIDENTE Don Antonio Hernández Gil pronunció su último discurso como presidente de las Cortes. Fue un discurso brillante en el que hizo un detallado análisis del proceso constitucional y de la esperanza que se abre para la Historia de España. Mañana, cuando la Constitución aparezca en el «Boletín Oficial del Estado», habrá cesado automáticamente en su cargo. A lo largo de su gestión ha demostrado sobradamente su entrega a tan difícil cargo, apoyado por una vocación de jurista como la suya y por una independencia que le han permitido desempeñar su misión entre el respeto, el afecto y la admiración de los diferentes grupos políticos. Sus palabras fueron acogidas con una gran ovación. FIRMAS PARA LA HISTORIA Esta es la última página del ejemplar de la Constitución en la que ayer estamparon sus firmas Su Majestad el Rey, los presidentes de las Cortes, del Congreso y del Senado, y las Mesas de ambas Cámaras. El texto firmado está encuadernado en terciopelo rojo y con los bordes dorados. Se utilizó una pluma de oro, que se guardará en las Cortes. IMPORTANTE DISCURSO DEL REY Tras el discurso del señor Hernández Gil, se procedió a la firma del texto constitucional. Lo hicieron por este orden, los señores Fontán, Alvarez de Miranda, Hernández Gil y, finalmente, estampó su firma Su Majestad el Rey, momento en el que los asistentes prorrumpieron en aplausos. A continuación, Don Juan Carlos pronunció un importante discurso. UNA SIMPÁTICA ANÉCDOTA DEL PRÍNCIPE DE ASTURIAS Cuando al final de su discurso, el presidente de las Cortes dedicó, entre sus expresiones de gratitud, una al Príncipe de Asturias, «que sabe acomodar —dijo—, con disciplina, la fragancia de sus pocos años a estos ritos solemnes», el Rey se volvió y sonrió a su hijo, que escuchaba atentamente las palabras del señor Hernández Gil. Igualmente la Reina miró sonriente hacía el Príncipe, que se encontraba asombrado. Finalmente, Don Juan Carlos, con disimulo, le dio una palmada cariñosa en la pierna. DON JUAN SIGUIÓ EL ACTO DESDE LA TRIBUNA DE LA FAMILIA REAL Sus Altezas Reales los Condes de Barcelona siguieron el acto desde la tribuna que había sido reservada en el hemiciclo a los miembros de la Familia Real. Cuando Don Juan y Doña María de las Mercedes hicieron su aparición en el palco, acompañados por las Infantas Elena y Cristina, fueron recibidos con grandes aplausos por los parlamentarios que ya ocupaban sus escaños. En la misma tribuna se encontraban Sus Altezas Reales la Infanta Doña Cristina, hermana de Don Juan; las Infantas Doña Pilar y Doña Margarita y el Infante Don Luís Alfonso de Baviera y Borbón, que vestía uniforme. Don Juan, que siguió toda la ceremonia visiblemente emocionado, presenció luego el desfile junto al podio de los Reyes. DESFILE MILITAR Desde la escalinata del Palacio de las Cortes, los Reyes, autoridades y parlamentarios presenciaron el desfile de representaciones de los tres Ejércitos, de la Guardia Civil y de la Policía Armada. A la derecha, Don Juan Carlos pasando revista a las tropas que rindieron honores a su llegada. REPRESENTACIÓN RELIGIOSA Desde una tribuna asistieron al acto el presidente de la Conferencia Episcopal española, cardenal Enrique y Tarancón; el representante de la Conferencia Evangélica, reverendo Cardona, y el de la comunidad israelí rabino Samuel Toledano. Reportaje gráfico: Sanz Bermejo y T. Naranjo