Ecos internacionales de la victoria socialista. "New York Times" llama a Felipe González "joven león de la izquierda" El Pentágono prevé largas y arduas negociaciones sobre sus bases en España ABC. 31/10/1982. Pág. 29. Párrafos 9. DOMINGO 31-10-82 NACIONAL A B C / 29 Ecos internacionales de la victoria socialista «New York Times» llama a Felipe González «joven león de la izquierda» El Pentágono prevé largas y arduas negociaciones sobre sus bases en España NUEVA YORK (J. M. Carrascal, corresponsal). Positiva es la reacción general norteamericana al resultado de las elecciones españolas, aunque con una duda de fondo. La democracia ha funcionado, el pueblo ha respondido, tos nuevos líderes ofrecen cosas interesantes. Lo único que falta ahora es que todo eso se plasme en la realidad, vienen a decir estos comentaristas. Felipe González acapara, naturalmente, la atención, «El joven león de la izquierda», le llama el «New York Times», que pública larga crónica sobre él en primera página y foto con el siguiente pie: «Ni un revolucionario ni un partidario de! "statu-quo", sino un político de raza capaz de entenderse con toda dase de gentes.» «Un hábil orador —teemos—, un hombre que une el pragmatismo y el idealismo sin parecer cínico ni impráctico.» Pero en lo que coinciden todos los comentaristas, casi con obsesión de autoconven-cerse. es en calificarle de moderado. Es lo que se dice, antes y después de su nombre, el primer adjetivo que se le cuelga. Aunque ta duda queda: «Mr. González —termina su retrato el "Times"— ha convencido a suficientes votantes de su moderación para ganar las elecciones. Pero para una amplia parte de las Fuerzas Armadas todavía es un "rojo", del que se sospecha favorece el permisivismo moral, la nacionalización de la industria y la desintegración de España. Su tarea en las próximas semanas será demostrarles que se equivocan.» En el mismo número del «New York Times», un análisis de fondo califica, sin embargo, la victoria socialista de «la largamente esperada rotura de España con su pasado, un triunfo de los perdedores de la guerra civil». Y en ese sentido, se apunta la paradójica alianza tácita entre Felipe González y el Rey, «representantes de una nueva generación de líderes». «Recordando a su abuelo —sigue el análisis—, el Rey Juan Carlos ha venido creyendo en su intimidad que la aceptación de ía Monarquía por parte de un Gobierno socialista aseguraría la supervivencia de la dinastía borbónica en España.» «Por otra parte, el resultado de las elecciones han venido a dar la razón a aquéllos, con el Rey a la cabeza, que creían en un cambio gradual de las instituciones franquistas hacia la alternancia en el Poder, típica de la democracia.» Los peligros, sin embargo, continúan: «Del mismo modo que los socialistas han absorbido buena parte de los comunistas, bastantes votos neofascistas han apoyado a Mr. Fraga. Afianza Popular se encuentra así con un ala extremo-derecha, como los socialistas se encuentran con unos visionarios de extrema izquierda a quien controlar. Ambos partidos tienen la ventaja a corto plazo de unos líderes fuertes, y Mr. Fraga cuenta con la confianza de banqueros y empresarios.» MARGEN DE CONFIANZA. El corresponsal de la CBS informa incluso que ese mundo del dinero «ha dado a los socialistas noventa días de gracia para que prueben hacia dónde van». Es un poco lo que ha hecho Washington. Sin querer «apabullar a tos nuevos gobernantes españoles con abrazos», según frase gráfica de un alto funcionario, el Departamento de Estado les ha felicitado y se ha mostrado dispuesto a colaborar con ellos. Un poco menos optimista se ha mostrado El Pentágono, que predice «largas y duras negociaciones con los socialistas españoles para retener el futuro de las bases». Pero «a la larga, nadie se siente aquí realmente pesimista», añaden. Es la actitud que detecto en todas las instancias occidentales. Aunque los socialistas españoles han empezado hablando de Gibral-tar, la OTAN y los Convenios con los Estados Unidos, se espera que la realidad les abra los ojos y les sujete las manos. «No creo que piensen realmente lo que dicen», me decía ayer un diplomático centroeuropeo. O puede que sea a la inversa: que aquí no fe quiera creer lo que ahí se dice. El presidente Ronald Reagan ha enviado un telegrama de felicitación al líder socialista por su victoria electoral el pasado día 28. Reagan, como representante de «una democracia hermana», pone de relieve los ideales comunes de paz, libertad y respeto a los derechos humanos, que unen a Estados Unidos y a España.