Examen de un resultado adverso ABC. Párrafos 7. EXAMEN DE UN RESULTADO ADVERSO LAS elecciones legislativas han terminado después de una breve e intensa campaña. Las cuatro formaciones nacionales preponderantes: UCD, PSOE, PCE y CD han obtenido, respectivamente, 6.170.000 votos Ja UCD; 5.346.000, el PSOE; 1.883.000, el PCE; y 1.102.000, 1a Coalición Democrática. Lo que traducido a escaños representa: 167, para la UCD; 121, para el PSOE; 23, para el PCE; y nueve para la CD. Los grupos nacionalistas regionales representan en conjunto 29 escaños y 1.300.000 votos. El partido de centro queda a 10 escaños de distancia de la mayoría del Congreso. El PSOE se verá alejado, durante los cuatro años de legislatura, de convertirse en una alternativa real de Poder. El PCE, también y con mayor motivo. Faltaría a la verdad si dijera que el escaso resultado obtenido por Coalición Democrática era el que esperábamos sus dirigentes. Declaro públicamente mi decepción por I revés sufrido. Hubiera deseado que la Coalición Democrática lograra muchos más votos y escaños que los obtenidos. No ha sido así y al agradecer de corazón al millón cien mil españoles que dieron los sufragios a nuestras candidaturas la confianza demostrada quiero analizar brevemente el sentido de la elección. La UCD ha consolidado su posición como el partido más importante del país. Ha (logrado dos escaños más que en junio del 77. Tiene el apoyo del 23 por 100 de todos los ciudadanos con derecho a voto. Y por vez primera desde que ocupa el Poder se halla libre de las hipotecas del consenso para efectuar —si así to desea— una política propia, coherente con la tendencia predominante del voto que ´le ha demostrado su confianza. Coalición Democrática tiene una corta historia política. Nació el 15 de enero, hace seis semanas, para presentarse como formación unida en la contienda del 1 de marzo. La integraron, originariamente, tres partidos, cuyos líderes, Manuel Fraga, Alfonso Osorio y yo mismo, invitamos a otros grupos y personalidades a unirse a nuestro propósito. El Gobierno sabía desde muchos meses antes cuándo y cómo llamaría a elecciones legislativas. Los otros partidos fueron sorprendidos por la repentina convocatoria. Hubo que hacer los preparativos de campaña con prisa e improvisación y allegar los medios mínimos necesarios, superando enormes dificultades. No estoy justificando nada sino explicando lo que aconteció. La UCD, desde el Poder, contaba inicialmente con ventajas tan considerables que parece innecesario enumerarlas. Coalición Democrática quiso, esencialmente, llamar la atención de un gran sector del electorado sobre el mal camino que llevan los asuntos del interés público en España desde 1977. Sobre el grave deterioro de la situación económico-social por ausencia de una política eficaz y determinada que se encare con las cuestiones que preocupan al hombre de la calle. Sobre los alarmantes aspectos de la inseguridad ciudadana, la paralización administrativa y la irresuelta y enconada problemática vasca. Y sobre la necesidad de rectificar la trayectoria gubernamental de estos dos últimos años, inclinando el rumbo de la nave hacia lo que significa, a nuestro juicio, el sentir de la mayoría sociológica de España que desea un sistema de progreso y .libertad de base democrática para ´la vida pública, pero con un Gobierno firme y eficaz que ofrezca soluciones concretas a ¡los problemas pendientes. Nuestra apelación se dirigía sobre todo a ese voto indeciso que en las encuestas aparecía como un 40 por 100 del censo electoral a pocas fechas de la elección. Ese sector de opinión es probablemente de centro derecha en una buena parte, ya que al voto de la izquierda es, en general, militante y comprometido. La abstención media del electorado ha sido en esta elección algo superior al 33, lo que equivale a decir que solamente un 7 de ese 40 indeciso se movilizó hacia las urnas el 1 de marzo. La teoría del «voto útil», el temor a una toma da! Poder por la izquierda marxista y la inercia de votar al partido del Gobierno han sido los eficaces resortes que, manejados por la gigantesca propaganda, han dado a la UCD los brillantes resultados obtenidos. Estoy convencido de que muchos de esos votantes indecisos que a última hora han acudido a las urnas estaban identificados con nuestro planteamiento, aunque no n o s dieron sus votos. Quizá nuestro mensaje no llegó en tan breve campaña con suficiente densidad y claridad al elector indeciso. Acaso sean otros los motivos —desengaño y falta de fe en el sistema democrático— lo que ha hecho que uno de cada tres españoles se haya quedado en casa a la hora de votar. Pero lo cierto es que no hemos obtenido en ese campo mayoritario de los españoles abstenidos —nueve millones de ciudadanos— el eco suficiente para movilizarlos en nuestra dirección. El voto masivo obtenido por UCD que