Del divorcio a la marginación social La vida social: un reto para los partidos Pueblo. 20/05/1977. Párrafos 19. La coeducación puede contribuir a promover una mayor comprensión entre los sexos No debe confundirse el sexo con una mera función fisiológica La coeducación AUNQUE la legislación española vigente no ha sido partidaria del sistema de coeducación en la enseñanza primaria y secundaria (caso de la ley de Educación), la coeducación es defendida por las corrientes más progresivas. Se parte del principio de la igualdad entre los sexos, en una sociedad que aspire a borrar las diferencias tanto por razones de clase como de sexo. La coeducación—se aduce—es un factor que contribuye a -una convivencia entre los dos sexos desde el primer grado de la educación, que facilita un mayor conocimiento entre el hombre y la mujer y contribuye a evitar situaciones de inhibición, de aislamiento social y de falta de comunicación entre los sexos. Por otra parte, si se aspira a un nivel cultural y social semejante para el hombre y la mujer, la coeducación contribuirá a facilitar esa homologación. En el actual contexto social español la coeducación puede ser un factor positivo de convivencia, pudiéndose respetar el derecho de aquellos padres que no compartan este criterio y prefieran un tipo de educación separada, con el mantenimiento de algunos centros que impartan la educación con este sistema. En la mayor parte de los programas educativos de los partidos políticos españoles hay una tendencia a la promoción del sistema de la coeducación en determinados niveles de la enseñanza, lo que contribuiría a promover una mayor igualdad entre los sexos. — Educación sexual — EL sexo es un factor importantísimo para el ser humano, una dimensión del hombre que no puede desconocerse. Él «tabú» del sexo ha sido el mas importante de los tabús. Habitualmente estas cuestiones se han mantenido en una absoluta penumbra, ejerciéndose en torno a ellas una fuerte restricción informativa. La carencia de una educación sexual o de una formación sexual ha determinado que ese hueco se haya llenado con ana desinformación, tergiversación o manipulación de los conceptos en torno al tema. Es significativo que entre los libros «best-sellers» de los últimos años se encuentren abundantes textos que tratan de alguna forma de desvelar cuestiones hasta ayer absolutamente «tabús». Ignorar el sexo es ignorar la propia naturaleza humana. En los últimos tiempos la pretendida desmitificación de estos temas está conduciendo a una nueva «mitificación», en la que el sexo se presenta como una mera función fisiológica. La sociedad de consumo ha manipulado y condicionado nuevamente e¡ concepto de lo sexual, que convenientemente transformado, manipulado y comercializado puede proporcional abundantes recursos económicos a sus promotores. Esta curiosidad actúa! del español medio por las cuestiones sexuales obedece a una profunda carencia de los datos o de los elementos mínimos para el conocimiento del propio sexo y del otro sexo con el que se está abocado a convivir. La necesidad de una educación sexual a ciertos niveles de la enseñanza tiene una gran importancia para la contribución al logro de una sexualidad más libre, menos manipulada por el «consumismo» y—aunque parezca una redundancia—mucho más humana. Hasta el momento la educación sobre estos temas ha brillado por su ausencia en la escuela española, dejándose al amparo de unos elementos desinformadores incapaces de brindar una información adecuada a la persona que se está formando y que exige anas preguntas que no siempre le saben contestar. Por otra parte, esa carencia de formación y de información se presenta también en gran medida entre las generaciones mayores y entre los propios padres, no suficientemente informados sobre estos temas o con muchas inhibiciones a la hora de transmitirlos a sus hijos. La educación sexual no puede confundirse con una simple información fisiológica y mecánica, sino que debe comprender todos los aspectos que promuevan una sexualidad menos manipulada de lo que lo está en la sociedad española de las últimas décadas, que ha pasado de la ignorancia y la absoluta represión Un Estado no confesional parte de una realidad social: la sociedad moderna es una sociedad secularizada en la que conviven diferentes ideologías políticas y religiosas. Una Constitución democrática debe, por tanto, proteger y promover la defensa y el respeto de esas libertades y de esas creencias del individuo. El Estado sólo debe reservarse la defensa de unos preceptos sociales comunes o todos, tales como el respeto a la vida y a los derechos humanos. Por lo tanto en una situación de pleno libertad y de pleno ejercicio de las libertades habrá que establecer uno delimitación entre unas cuestiones que pertenecen a los derechos individuales de la persona y en aquellas otras que no pueden ser absolutamente dejados a ese arbitrio. a la inflación, sin que muchas de las dudas y las preguntas del ciudadano medio hayan podido ser respondidas. Divorcio HAY un. hecho significativo: España es el único país europeo con Irlanda, en el que el divorcio no está reconocido como un derecho. El divorcio, se supone, pertenece a la esfera de los derechos individuales; por tanto, el ciudadano es libre de divorciarse o de no hacerlo, según lo que determine su conciencia o sus ideas religiosas. El divorcio es la concreción positiva de una ruptura de hecho. El divorcio no viene a romper nada que no esté ya roto, Al Estado le incumbe el proteger .el legitimo derecho de los hijos, y el de regular los bienes que merezcan ser protegidos. En un Estada laico, el matrimonio civil tiene una obligatoriedad, mientras que el matrimonio religioso posee un carácter voluntario. Del mismo modo, el matrimonio civil puede ser disuelto. La actitud de los partidos políticos españoles frente al divorcio se basa, generalmente, en la propuesta de una separación del matrimonio canónico de matrimonio civil. El matrimonio civil podría ser di-suelto, mientras que el matrimonio religioso sería una elección que afectaría exclusivamente a la conciencia de los creyentes. En este aspecto, la actitud de los obispos españoles, en torno al matrimonio, hay que entenderla como una cuestión que incumbe exclusivamente a los católicos. Una constitución aconfesional —aunque reconozca el hecho sociológico de la mayoría católica— ha de establecer la distinción entre los derechos que pertenezcan a la esfera individual del ciudadano y los que no pueden ser dejados a ese arbitrio. Anticonceptivos LA mayoría de las formaciones políticas españolas (desde los liberales a la .izquierda) propugnan la información sobre los temas sexuales y de planificación familiar, de forma absolutamente voluntaria, no impuesta. Varios partidos políticos reclaman también la libre venta y difusión de los anticonceptivos, y su inclusión gratuita dentro de la Seguridad Social. Aborto LA postura de los partidos políticos españoles respecto al aborto admite muchas mestizaciones. En este caso hay que tener en cuenta la ideología que inspira a estos partidos, asi como el tipo de militancia o el de su posible clientela electoral, El grado de opiniones respecto al aborto por parte de las fuerzas políticas que van A concurrir a las elecciones es la siguiente: a) Los que consideran al aborto como un delito y, por lo tanto, son partidarios del mantenimiento de la absoluta penalidad del mismo. Postura que, generalmente, defienden los partidos conservadores y de derecha. b) Los que mantienen la penalización del aborto (tras postular la defensa de la vida como uno de los principios básicos), pero p u e den admitir «medidas de suavización para la abortante» en ciertos casos. Esta es la postura de algunos partidos de Centro Democrático, como el Partido Popular, que reconoce la «contemplación de una casuística que permita una aplicación humana del precepto que prevea la no aplicación de la sanción penal cuando concurran determinadas circunstancias». c) Los que propugnan la despenalización del aborto, lo que supone partir de un hecho doloroso y lamentable: el aborto no puede ignorarse, dado que puede afectar sólo en España a un número relativamente elevado de mujeres en que puede o no admitirse despenalización equivalente a una matizacíón sobre las ocasiones. Se parte del carácter absolutamente extremo del aborto, aunque con una cierta comprensión para la abortante. d) La legalización del aborto, que de hecho sólo es reclamada por alguna organización feminista y por algún partido político. La confrontación aborto no-aborto sí plantea diferentes cuestiones que algunos partidos políticos matizan aún más: la necesidad de una distinción entre el aborto simple y el aborto terapéutico (con la aceptación de este último en ciertos casos); la determinación del momento en que comienza a existir una forma humana en un proceso de embarazo, etc. Aunque con menos incidencia que en otros países, el enfrentamiento en torno al aborto empieza a tener en España una resonancia. Una estadística reciente, más o menos fidedigna, establecía en 300.000 el número de españoles que habían abortado en un año. Por otra parte es preciso reconocer las condiciones difíciles, tanto en el plano sanitario como en el plano humano, en las que se llevan a cabo abortos clandestinos, sin la menor garantía médica y en condiciones absolutamente vejatorias para la persona que se somete a una de estas prácticas (muchas veces con la agravante de una nueva explotación por parte de la encargada de llevar a cabo las prácticas abortivas). También habrá que añadir como flato el clasismo existente en torno al aborto: aquellas mujeres que poseen o consiguen una cantidad de dinero pueden acudir a un país extranjero para efectuar el aborto, mientras que las que no disponen de esas cantidades se pueden ver abocadas a situaciones aún más indignantes en abortos practicados clandestinamente y sin ninguna garantía sanitaria. Drogas TAMBIÉN, y aquí con mucha más claridad, hay que distinguir entre el mero consumidor y el traficante o negociante, que es e! auténtico beneficiario de la difusión de la droga. La tipificación penal ha de ser mucho más severa para el traficante que para el consumidor o poseedor. Alguno de los partidos encuestados hacen referencia a la distinción entre «drogas suaves» y «drogas fuertes», de efectos muy distintos y susceptibles de tratamiento legal muy distinto. 7 EN la regulación jurídica de la prostitución se pasa en la prohibición a partir de 1956, aunque la prostitución si fue manteniéndose «de fació». En 1973 una publicación española calculaba en unas 500.000 el número de mujeres que se dedicaban a la prostitución. En los últimos tiempos ha aparecido una nueva forma de prostitución por medio de mujeres que ocasionalmente se dedican a este «oficio», que destinan un fin de semana o unos días a la semana a este «trabajo» y el resto del tiempo llevan una existencia normal. La prostituta se ve empujada a este camino por razones muy diversas: un embarazo no previsto en un medio social muy conservador, la incomprensión de unos padres, los problemas económicos de una mujer recién inmigrada a una gran capital, etcétera. Podernos decir que la prostitución existe en casi todas "las sociedades, aunque en unas tiene mucha mayor incidencia que en otras. Una situación social durísima empuja a muchas mujeres hacia la prostitución; en tanto que una sociedad socialmente mas justa puede contribuir a reducir muy sensiblemente el número de mujeres que se dedican a la prostitución. La prostituta ha de ser contemplada como el último eslabón de una cadena de explotaciones: la del cliente, la del «protector», la de la dueña o la de la directora de la casa de citas, la de la propia estructura social que na lanzado a la mujer hacia ese «trabajo».,. En este aspecto el tratamiento social del tema ha de hacer hincapié en esta multimarginación de la prostituta. Las respuestas de los partidos sobre este punto se refieren básicamente a esta distinción entre la figura de la prostituta y la de aquellos individuos (la «madame», el «protector», etc.) que se están lucrando con la actividad de la prostituta, recayendo el peso de la sanción sobre estos últimos más que sobre la figura marginada de la mujer que se ocupa de este oficio. Algunos partidos, que aspiran a un cambio radical de la sociedad actual propugnan una profunda transformación económica que evite lacras como la prostitución, la droga o la pornografía. En cualquier caso los métodos represivos no tienen ninguna justificación ni ninguna utilidad si no se profundiza en las causas mediatas e inmediatas de la marginación de la mujer que se dedica a explotar su cuerpo a cambio de un precio. EL delincuente también ha de ser considerado como una forma de marginado social. Hoy en día nadie cree que exista una innata predisposición a la delincuencia, por llevar más o menos cromosomas de un tipo que de otro. El aumento o la disminución de la delincuencia responde también a una determinada situación social y económica; las mismas formas de delincuencia evolucionan según la propia evolución de la sociedad en sus aspectos sociales y económicos. En este apartado hemos de referirnos al delincuente común como a un marginado social; dejando a un lado formas as delincuencia o de actuación más refinadas. El pequeño delincuente es un marginado que puede verse lanzado al delito por múltiples causas, entre ellas las económicas. Los sistemas de rehabilitación del delincuente no han sido demasiado eficaces: no basta con el simple encierro del delincuente o con una reinserción en una sociedad absolutamente corrompida por otras formas menos visibles de delincuencia. En este punto, la mayor parte de los partidos, especialmente los menos conservadores, postulan una revisión avanzada de los sistemas carcelarios, una puesta al día y una profunda transformación de los mismos, una adecuación «mucho más humana de la justica y de sus formas de aplicación. NOTA.—En esta breve recopilación de ternas susceptibles de un profundo estudio y resolución, con vistas al momento social y político al que España está encarada, que hemos propuesto a, los partidos, no se ha abordado, por falta material de espacio, cuestiones como la de los objetores de conciencia o la pena de muerte, a las que habrá que referirse con más extensión en otra ocasión.