Una advertencia improcedente ABC. 04/01/1977. Pág. 21. Párrafos 3. UNA ADVERTENCIA IMPROCEDENTE N. de la R.—Lamentamos la suspicaz interpretación de las autoridades soviéticas a una crónica de nuestro corresponsal en Moscú. Ramón Pedros, como todos los corresponsales de Prensa, se toma a veces la licencia —indiscutiblemente legítima— de la pequeña e inocente ironía sobre la realidad de la que siempre y generalmente informan dentro de un contexto de corrección y objetividad. Nuestro corresponsal en Moscú, de modo muy especial, y en todo momento desde su llegada a la capital soviética; se atuvo a las reglas de respeto para los asuntos internos de la V. R. S. S. Hízolo con discreción generosa, tal como concuerda con las normas de esta Casa y siempre al hilo del riguroso respeto a los principios de no injerencia en los asuntos internos de otro país. Cabe señalar, por ultimo, que esta es la segunda vez, en menos de un mes, que las autoridades soviéticas llaman la atención a un periodista occidental acreditado en Moscú. En la anterior ocasión el corresponsal de «The Washington Post», Peter Os-nos, fue acusado de escribir artículos antisoviéticos y de deteriorar las relaciones entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.