Referéndum constitucional
Anecdotario de una jornada brumosa
La escasa afluencia de jóvenes, característica general de la jornada
Apatía generalizada en los madrileños hasta el mediodía
Fernández Ordóñez y Clavero Arévalo, los ministros más madrugadores
La actitud de Felipe González, que votó enseñando la papeleta, provocó
encontrados comentarios
A primera hora de la tarde, las agencias informativas todavía no se ponían de
acuerdo respecto a cuál había sido el ministro más madrugador. Había consenso
respecta a Fernández Ordóñez y el ministro para las Regiones, Manuel Clavero. Un
poco más tarde, sobre las diez menos cuarto, y en el Colegio del Buen Consejo,
lo hizo el secretario de Alianza Popular, Manuel Fraga, después de esperar una
cola de casi cincuenta personas.
No obstante, casi todos los miembros del Gobierno y altos cargos de la
Administración, algunos de los cuales presidian mesas electorales, habian
depositado la papeleta antes del mediodía. La misma diligencia se observó en los
jefes de los diferentes partidos del espectro político nacional. Así lo
hicieron, entre otros, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, quien, después
de votar en uno de los colegios de la calle de Francos Rodríguez, despachó con
el teniente general Gutiérrez Mellado y con el ministro del Interior, Martín
Villa, en el Palacio de La Moncloa. Posteriormente fue recibido por el Rey en el
Palacio de La Zarzuela. A lo largo de toda la jornada, el señor Suárez mantuvo
contactos con todos los miembros del Gobierno y siguió los resultados de la
consulta a través de una terminal instalada en su residencia oficial.
El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía votaron, acompañados por el jefe de la Casa
Real, a las once y veinte de la mañana en el colegio de San Fernando, situado en
El Pardo. El Rey vestía traje oscuro y la Reina se cubría con paraguas, debido a
la persistente lluvia que caía en esos momentos.
Por su parte, el secretario general del PSOE, Felipe González votó en el colegio
de la calle Pez Volador, muy cerca de su domicilio. Lo hizo con la papeleta
abierta, mostrando el SI, lo que provocó comentarios encontrados entre los
asistentes. Santiago Carrillo ejerció su derecho ciudadano en el centro de la
avenida Ciudad de Barcelona, visiblemente afectado por la gripe. Respondió, como
el resto de los líderes políticos a las preguntas de Radio Nacional, señalando
las ventajas de todo tipo y la definitiva implantación de la democracia en
nuestro país a partir de «esta fecha histórica».
El gobernador civil de Madrid fue el tercero en votar en su colegio electoral y
el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, no fue reconocido por los
componentes de la mesa y tuvo que acreditar su identidad. Estos hechos, junto a
la presencia de la esposa del señor Martín Villa como interventora en la misma
mesa donde votó su marido, son las únicas anécdotas curiosas reseñables en la
jornada de mañana en las votaciones de personalidades.
El cardenal Tarancón acudió al colegio de San Ildefonso a las diez menos cuarto
de la mañana. En breves declaraciones confirmó la postura de la conferencia
episcopal sobre la Constitución. En la capital, el único eclesiástico que
presidia una mesa era el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Iniesta, que se
encontraba en el centro de la calle Pico de Orhy en la barriada de Vallecas.
En cuanto a incidentes, no hubo que registrar prácticamente ninguno, si
exceptuamos los cuatro heridos, pertenecientes al Cuerpo de bomberos cuando el
jeep que les conducía al colegio electoral chocó con un autocar escolar en los
alrededores de la Plaza de Lima. Uno de ellos fue trasladado a La Paz.
En todo momento, las ambulancias de la Cruz Roja se encontraban en estado de
alerta para atender a todos aquellos impedidos que solicitasen sus servicios
para acudir a las urnas.
Vehículos oficiales -incluso de bomberos- y ambulancias municipales se pusieron
también a disposición de estos ciudadanos.
A lo largo de toda la jornada de mañana se oficiaron casi treinta misas por el
desarrollo pacífico de la consulta. En realidad, la tranquilidad, la escasa
afluencia de jóvenes que por primera vez ejercían su derecho al voto, la apatia
generalizada hasta el mediodía en los madrileños a acercarse a los colegios
(estuvo lloviendo en Madrid desde las diez menos cuarto hasta las dos y media de
la tarde) y algunos pequeños incidentes con las personas que aparecían censadas
en las listas exteriores y que no estaban incluidas en la relación de la mesa,
fueron las notas características de la celebración del referéndum en Madrid.
Respecto a las cuestiones de seguridad, el plan previsto por los organismos
competentes habia entrado en su fase de «alarma» en las Vascongadas, Navarra,
Madrid, Barcelona, Canarias y Baleares. En el resto de España se aplicaban las
fases «alerta»... Debido a las estrictas órdenes recibidas al respecto, las
Fuerzas de Orden Público que custodiaban los diferentes colegios, registraron en
varias ocasiones a los votantes.
La nota pintoresca de la jornada la protagonizó sin duda el presidente de la
mesa de un colegio de la calle García Morato que acudió a cumplir con su
obligación, maquillada la cara como un «clown» y con un sombrero-pamela, típico
de los payasos. No hizo ningún comentario y se limitó, ante el asombro o la
perplejidad de los votantes a cumplir con su misión.