Español del español
Hoy es triste ser vasco. Y más en Vasconia. La locura arrebata a algunos, los
hace agresivos y resentidos, frente a lo que para nosotros es nuestro orgullo:
España.
Pero es más desalentador ver que, junto a la irracionalidad de los de nuestra
tierra, algunos españoles nos son indiferentes, cuando no hostilmente
resentidos; tal nos parece cuestionar o someter a la sombra de la duda que aquí
en esta tierra, de las más viejas de España, se nos proponga un referéndum, de
vinculación o no, a la Madre Patria, concepto hoy en desuso y término
vilipendiado por esta democracia consensual y multinacional.
¡ Qué tiempos de incultura y de desconocimiento histórico! Un periódico de
Bilbao, «DEIA», titulado de independiente, aunque oficioso del P.N.V.,
reclamaba, hace poco, la condición de euzkaldun nacionalista de don Miguel de
Unamuno, reivindicándole para la cultura independiente. Euzkaldun, por supuesto.
Pero con un sentimiento y un amor de lo hispano y de todo cuanto signifique
nuestra Patria, España, como pocas personas lo han sentido en nuestra cultura
nacional.
Si nuestros parlamentarios, en lugar de «hacer pasillos» e irse de cenáculos
intentasen imitarle en conocimiento, mejor nos irían las cosas y otro contenido
hubiera tenido nuestra Constitución. La mediocridad en los debates, salvo
excepciones, ha marcado la pauta de este proceso parlamentario.
He releído estos días el «Martín Fierro», de José Hernández. También un articulo
publicado en «La Revista Española», en 1894, por don Miguel Unamuno, donde
trascendía al público español la significación del gaucho, «español hasta los
tuétanos», opinión consolidada en 1935 por el filólogo Kart Vossler.
Sin duda, antes de 1894 don Juan de Valera, en las «Cartas americanas», era el
celador y autoridad aduanera indiscutible de todo cuanto llegaba de América a
España, y hasta Unamuno, José Hernández era traído como un payador, a la par que
Ascásubi y Estanislao del Campo.
José Hernández fue periodista y culto. Y agresivo, pues así lo demuestra su
actividad periodística en «El Río de la Plata», por sus campañas contra el
presidente Sarmiento, también admirado por Unamuno.
Hoy no pretendemos ahondar en lo que Martín Fierro pueda significar. Hoy
queremos recordar la dimensión española de esa obra que «recuerda a las veces
nuestros pujantes y bravios romances populares». Unamuno reclama no solo al
personaje, a sus ideales y sentimientos, sino los «modismos, fonetismos y formas
dialectales tan poco indígenas de la Pampa, que aún se usan en no pocos lugares
de España». Reivindica el idioma y la expresión escrita, el español. Ese español
que la Constitución ha castellanizado. Y lo reclama un vasco, un euzkaldun. como
ninguno, con estas palabras: «Por eso su canto está impregnado de españolismo,
es española su lengua, españoles sus modismos, españolas sus máximas y su
sabiduría, española su alma...»
Hoy se retuerce y se deforma la Historia. También la cultura. El error llega
hasta ignorar los sentimientos de Unamuno, quien avisa que los gauchos, cuando
oigan la poesía de sus pampas, «Sentirán sin saberlo, sin poder de ello darse
cuenta, que les brotan del lecho inconsciente del espíritu ecos inextinguibles
de la madre España...»
Basta un solo artículo de Unamuno para aclarar sus sentimientos españoles, como
también bastaría ese mismo articulo, el que hoy contamos, para que nuestros
diputados comprendan que el español es nuestro idioma, nacional y universal,
hablado, escrito y sentido desde esta convulsionada Vasconia hasta la desierta
Patagonia. Sus ausencias al escaño en los debates bien merecen estos versos del
«Canto de Martín Fierro»:
«De los males que sufrimos,
hablan mucho los puebleros, pero hacen como los teros para esconder sus niditos:
en un lao pegan los gritos y en otro tienen los güevos...»
Unamuno forma parte de nuestra vizcainía y de nuestra españolidad. Si Vasconla,
en los momentos difíciles de la Madre Patria, ayudó, no nos merecernos en estos
tiempos de rebeldía irracional que nadie, eso sí, animado de una imparcial buena
voluntad, nos solicite un referéndum. Eso, para nosotros los vascos, es un
insulto, porque además de serlo, somos muy españoles.
Jesús PÉREZ BILBAO
Ldo. C. Esc. U. C. de Deusto
y Derecho
ABC es independiente en su línea de pensamiento y no acepta necesariamente como
suyas las ideas vertidas en los artículos firmados.
13